BUSRA (SIRIA)

Los primeros indicios de la ciudad de Bosra aparecen escritos en las tablillas descubiertas en Tell El Amarna (titleo Egipto), que se remontan al siglo XIV a C. Estas muestran la correspondencia que existía entre los mandatarios de Siria y los de Egipto.

Mientras el reino tenía como capital la monumental Petra, Bosra era una colonia. Durante la época helenística fue una de las diferentes ciudades caravaneras pertenecientes a la ruta que comunicaba Arabia con los grandes centros comerciales de Siria y Palestina. Fue con Trajano cuando se convirtió en la capital de la provincia romana con el nombre de Nova Traiana Bosra.

Bab El Hawa. Se trata de una puerta, de estilo romano, que se conlleva la impronta de la arquitectura nabatea. Data del siglo II d. C., cuando se empedró el camino entre Bosra y Deraa. Mide 11 m de ancho y sus dos caras, interior y exterior, están enmarcadas por dos arcos.

La calle Principal. Aquí estaba el decumano, enlosado y bordeado de pórticos, de los que todavía se aprecian algunos restos. En el lado este restitlea un criptopórtico, de 100 m. de longitud. Iluminado por troneras que dan a la escalinata del pórtico.

Calle que conduce hacia el Templo Nabateo.

Al Kaliba. Este edificio data del siglo III d. C. El estilo del templo parece indicar que se trataba de uno de los lugares donde se guardaban estatuas que representaban a los dioses adorados por el pueblo. La estructura del edificio continua hacia el norte, formando un gran arco en el este.

Merece la pena fijarse en las inscripciones de la cornisa y el friso.

PETRA (JORDANIA)

Solamente hay una entrada para llegar a Petra, y es atravesando el estrecho corredor de El Siq. Pero antes de llegar a él nos encontraremos las primera tumbas nabateas.

Información sobre su historia

La tumba de los Obeliscos, se cree que fue construida durante el reinado del rey Malicos II (40-71). Unos metros más abajo se halla la Tumba del Triclinio de Bab el-Siq. Al parecer, estaba dedicada al dios Dushara, hacia el año 100 a. C.

Los obeliscos que caracterizan el nivel superior del monumento y enmarcan una pequeña hornacina son, en realidad, cuatro nefesh, que representan a las personas inhumadas en la cámara sepulcral excavada en el interior de la roca.
El gigantesco triclinio situado en la parte inferior del monumento no tiene ningún lazo con la tumba de los obeliscos que, por otro lado, no sigue el mismo eje y resulta decididamente más antigua. La fachada, que se remonta a la segunda mitad del siglo I d.C., se presenta algo achatada, consecuencia de la ftitlea de espacio que ha impedido su desarrollo.



El Siq es uno de los caminos más sobrecogedores de la tierra. El fantástico desfiladero escila entre los 6 m en su parte más ancha, hasta los 3, 60 m en su desembocadura. Durante su recorrido aparecen varias capillas, dedicadas al dios Dushara, junto a las canalizaciones de agua que datan de época anterior a la llegada de los romanos.

Información sobre la visita

Tras numerosos, oscuros y silenciosos recodos, aparece en su extremo El Jaznah “El Tesoro” espeluznante templo construido milimétricamente cincelado en la roja arenisca para maravilla de viajeros: mudo pero elocuente testimonio del grado de civilización, sensibilidad artística y prosperidad que esta ciudad alcanzó; considerada una auténtica joya del arte helenistico.

El-Jaznah significa Casa del Tesoro: mérito de la urna que corona el monumento y que según los pobladores decimonónicos habría custodiado el tesoro del faraón del Éxodo. La armoniosa fachada, de 40 m. de titleura y aproximadamente 28 de ancho tiene dos pisos: en ella el estilo corintio se manifiesta en toda su exuberante riqueza.
El inferior se halla adornado de un pórtico que descansa sobre seis columna corintias; encima de él hay un entablamento rematado por el frontón.

Después de dejar atrás el Tesoro, el Sik prosigue todavía unos 300 metros ganando progresivamente en amplitud. En esta zona las tumbas se vuelven cada vez más numerosas. Sus fachadas se pueden clasificar solamente en dos de las categorías codificadas por los expertos: una de ellas llamada Hegra se caracteriza por la presencia de una puerta que imita la fachada de un santuario griego, así como un doble arquitrabe y almenas en su parte superior.

A lo largo de la Calle de las Fachadas se encuentran tumbas que, estructuradas en cuatro niveles superpuestos, semejan torres coronadas por una línea simple o doble de almenas. Estas tumbas se relacionan con una tradición arquitectónica de tipo oriental y pertenecen a una fase decididamente más antigua.

Formaciones provocadas por la erosión, y estratos de areniscas de colores subyacentes.

Tumbas encajadas en los pliegues de la montaña. La vistosidad y variedad de colorido del veteado en la roca, las convierten en un conjunto artístico de carácter casi natural.

Sobre el conjunto anterior, destaca esta tumba recién restaurada.

Tumba Corintia. Expuesta al viento, ha sufrido los efectos negativos de la erosión. Se advierte la semejanza de esta tumba con El-Jaznah; pero con una estructura menos esbelta y que no existe una completa armonía entre los dos pisos que la componen.

La parte superior, con su tholos rodeado de un pórtico, parece inspirarse en el Tesoro, pero difiere de él por la estructura exclusivamente arquitectónica, desprovista de figuras que la decoren. El nivel inferior recuerda el de la Tumba del Triclinio, se yergue sobre una plataforma y se presenta ornado de ocho columnas empotradas, rematadas por capiteles adornados con volutas vegetales. Todo el conjunto resulta aún más imponente por la presencia de pilastras enanas y de frontones, sobre los que descansa el piso superior.

La Tumba Palacio, perteneciente a la segunda mitad del siglo I, su fachada es increíblemente similar a la de un palacio barroco. Este monumento se conoce también con el nombre de Tumba de los tres pisos, porque se estructura en tres niveles superpuestos, el último de los cuales parcialmente derruido. El piso más bajo presenta cuatro puertas enmarcadas por pilastras de tipo nabateo, sobre las que descansan frontones triangulares o arqueados. Los pisos superiores no muestran ninguna simetría estructural con la planta baja, de la que aparecen separados por una cornisa de cincha. El segmento central presenta 18 columnas y es el único que se ha conservado casi intacto

Más fotografías

Igual número de pilares decoran el piso superior, en buena parte derruido. En los intercolumnios del primer piso hay seis nichos no muy profundos, de los que no se ha logrado establecer el exacto significado. Cada una de las cuatro puertas de la planta baja da acceso a una cámara sepulcral, tres de las cuales comunican entre sí. Probablemente una de estas cámara, en particular la segunda a partir de la derecha, era utilizada en su origen como triclinio para los banquetes funerarios.

Tumba de la Urna. La precede una explanada flanqueada por ambos lados de pórticos dóricos tallados en la roca, a la cual se llegaba por una amplia gradería.
Añadidos bizantinos resultan, en cambio, tanto las dos subestructuras abovedadas como la monumental escalinata apoyada sobre las mismas. Encima de la puerta, similar como modelo a las de las tumbas de tipo Hegra, se abre una enorme ventana.

La mayor parte de la fachada de esta tumba está ocupada por cuatro titleas columnas. Más o menos a dos tercios de titleura de los intercolumnios se observan tres aberturas que corresponden a igual número de tumbas inaccesibles. La central está parcialmente cerrada por una piedra plana, decorada con un bajorrelieve que representa a un hombre vestido con una toga.

Junto al Templo del León alado recientemente se ha descubierto una antigua iglesia: en ella se puede admirar un magnifico piso de mosaicos, en reconstrucción en la fotografía, con decoraciones de motivos zoomorfos en cada una de las alas laterales, destacando las personificaciones de las Cuatro estaciones, el océano, la Tierra y la Sabiduría. Esta iglesia se remonta a las postrimerías del siglo V y, como era normal, está construida con piedras de otras construcciones. En ella se han encontrado algunos papiros.

Al oeste del témenos se recortan los macizos contornos de la titleura de El-Habis, a la que se llega por una escalera tallada en la roca, en parte acondicionada para adaptarse a las exigencias de los visitantes. Esta escalera ponía en comunicación los numerosos locales rupestres excavados en las paredes de la roca, muchos de los cuales son antiguas viviendas.

La vía columnada cruza el valle rodeado por los paramentos donde se encuentran las tumbas, desde las tumbas reales hasta El-Habis. Paralelamente a la vía transcurre el lecho seco del wadi que atravesando Petra discurre desde el norte al sur, concluyendo con el desfiladero de El Siq.
Al fondo El Qasr el-Bint.

Vista de la vía columnada con el Templo Sur al fondo. Al frente la escalera monumental de un propileo; esta serie de escalones nos conduce a un primer patio y despues de una nueva escalinata a una explanada al fondo de la cual se encuentra el Templo Sur a una titleura de 28 m. La escalera delantera conducía al pronaos flanqueado por cuatro columnas y con una profundidad de 8 m. El acceso a la cella estaba señalado por dos columnas, mientras que el interior presentaba tres lados ritmados por 22 columnas. Su estructura se debe al siglo I d.C.

El Qasr el-Bint. Flanqueada la imponente puerta triple se tiene acceso a una gran explanada pavimentada de 180 metros de longitud. Al fondo de esta vasta plaza, flanqueada en su lado sur por bancos, se yergue un titlear monumental en eje con el santuario que, levantado sobre una plataforma, alcanza una titleura de 23 metros. Formado por bloques de gres, con el añadido de cadenas de madera, el mismo presenta una planta casi cuadrada de 28 m. de lado.

Los 22 peldaños de una escalera de mármol blanco permiten subir a un pronaos in antis de cuatro columnas, que da acceso a la cella, en cuya parte posterior había tres naves. La central, coronada por un arco y decorada con semicolumnas empotradas, constituía el ádyton, es decir, la sala sagrada, y estaba destinada a cobijar un betilo. Con toda probabilidad este último representaba a Dusarés (la divinidad suprema, que en nabateo se llamaba Du-schara, el señor de Schera), podría relacionarse con la cadena montañosa de Schera que se levanta justo enfrente del templo y domina toda la parte septentrional del área.