Pasear por el centro de la ciudad es fácil porque nadie pasea y las calles están desiertas. La sensación es de ciudad fantasma, deshabitada, y le acompaña un cierto halo de inseguridad, gratuita en el lado este de la ciudad. |
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Sin duda, el monumento más característico de Saint Louis es el arco que se construyó como la "puerta del oeste". Su forma es de parábola invertida, fue proyectado por Eero Saarinen y construido, entre 1961 y 1966, en acero inoxidable con una altura de 192 metros. Su interior es hueco y para subir a la parte más alta, ante la imposibilidad de un ascensor, se han construido trenes de cinco vagones circulares, que giran adaptándose a la forma de la parábola para mantener el interior del vagón siempre en posición horizontal. Los trenes completan el círculo, subiendo por una rama y bajando por la otra, para cerrar el lazo debajo de tierra, donde también se encuentra el museo de la conquista del oeste y un centro cultural. |
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En lo alto de la parábola hay un pequeño recinto visitable desde donde se tiene una vista excelente de toda la ciudad y alrededores. La ciudad está construida en una inmensa llanura que cubre varios estados, por lo que en días claros puede verse, casi, más allá del horizonte. En los pies del monumento, el ayuntamiento, el estadio de béisbol y la sorprendente anchura del río misisipi cargado de gabarras con mercancías y de barcos clásicos de propulsión con ruedas, anclados en su orilla sirviendo de espectaculares restaurantes y hamburgueserías. |
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Al norte, al otro lado de un ancho afluente del misisipi, se encuentra la ciudad de Saint Charles, que conserva las edificaciones de finales del siglo XIX que aparecen en las películas del oeste. |
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La antigua estación ha sido restaurada y desde su andén ya no se observan los carriles, sino una calle con el paso de vehículos. |