Hanoi

Lago de la espada restituida. En pleno centro de la ciudad entre calles repletas de bicicletas y motocicletas, junto a los más variados mercados que cubren por completa las calles, se encuentra este lago remanso de paz.

En el centro del lago se encuentra la pagoda de Ngoc Son, a la que se accede por medio de un viejo puente de madera que hace más atractivo el encuentro.

Circulación por la tarde en las calles de Hanoi. Desde 1990 la llegada de capitales extranjeros ha hecho aumentar considerablemente el nivel de vida y el poder adquisitivo de la población urbana. Todo es bueno comprar, y particularmente los bienes de consumo que simbolizan el éxito social: motocicletas, televisores, videos... En Hanoi circulan escasos automóviles, pero el uso de bicicletas y ciclomotores es masivo. Si a eso se une la ausencia de semáforos, cruzar una calle se convierte en un ejercicio para esquivar a los vehículos. Afortunadamente los conductores están acostumbrados a las invasiones de los viandantes y son capaces de modificar su velocidad para evitar el atropello, sin frenar ni cambiar de trayectoria.

El permiso para conducir motocicletas, autoriza a llevar en el vehículo hasta a cinco cerdos, por lo que muy común encontrarse con motocicletas que llevan una pila de hasta cinco jaulas con sus animales.

Por otra parte, los cerdos vietnamitas son unos animales extraordinariamente inteligentes y cariñosos, por lo que son animales de compañía que conviven con la familia.

Houng Tich.

Las calleteras en Vietnam, sin ser autovías como las occidentales, están en un estado aceptable que permite velocidades medias, si bien están muy transitadas por gente andando o en bicicleta, de modo que se asemejan a alamedas. En los pueblos menos frecuentados, las carreteras son estrechas y escasas, de modo que se utilizan los ríos como medio de locomoción. En general, los ríos son anchos y poco profundos, lo que proporciona unos paisajes de ensoñación.

El norte del país está lleno de montículos de difícil acceso que emergen solitarios de las grandes planicies, algunas de las cuales recorren ríos entre campos de lotos en flor. Por cierto, con la flor de loto se hacen unos postres exquisitos y las semillas también se comen.

Un alto en el transitar fluvial los lleva por un estrecho sendero a la pagoda del cielo, en medio de una densa vegetación. Esta pagoda, sirve de base para emprender un largo ascenso hasta la pagoda del perfume, lugar de peregrinación de los nativos. Donde hace unos pocos años era un sendero casi oculto por la vegetación, ahora es una senda, a veces ayudada por escalones, y frecuentes puestos de refrescos y alimentos para recobrar el resuello en la subida.

El remo lo practican mayoritariamente las mujeres, porque los hombres suelen estar muy ocupados sentados frente a su casa. En la actualidad, consecuencia de la reciente guerra, hay muchas más mujeres que hombres, y la media de edad es muy joven. Quizá por eso, se ve hacer todos los trabajos únicamente a ellas.

Como anécdota, la consecuencia de la política familiar de china, limitando el número de hijos por familia a uno y diezmando a las niñas recién nacidas, ha obligado a los chinos en edad casadera a "importar" mujeres desde Vietnam.

Los ríos son tan transitado que es fácil cruzarse frecuentemente con otras barcas.

Hanoi.

Parque junto al mausoleo de Ho Chi Minh. Aquí puede verse que hay más mujeres que bancos para sentarse.

Pagoda del pilar único. Pequeña pagoda plantada en un estanque frente a la casa del más puro estilo autóctono, donde vivió Ho Chi Minh. La casa disponía de un extenso jardín, hoy parque público, donde se encuentra, además de su mausoleo con su cuerpo embalsamado, su propagandístico museo; todo ello muy visitado los días festivos por los lugareños.

Museo de arte. Merece la pena verlo. No contiene grandes obras pero puede encontrarse una amplia variedad de todas las facetas del arte, con piezas excepcionales.

Templo de la literatura. Construido alrededor del año 1000 d.C., fue dedicado a Confucio y muy pronto convertido en universidad. Es una sucesión de patios y edificios hasta llegar al quinto patio, con un edificio con altar y estatua de Confucio, donde un conjunto de mujeres (de nuevo ellas) tocan melodía tradicionales y venden instrumentos clásicos a los visitantes.

Llegamos a la bahía de Halong.

La noche anterior había pasado un tifón a unos 300 km. y el tiempo estaba amenazador, sin embargo nos atrevimos a salir a la mar en este esplendido junco, donde nos servirían un almuerzo a base de frutos del mar.

El relieve particular del lugar está vinculado a la naturaleza del subsuelo y a la brutal llegada de la cadena montañosa al mar. Comienza en la provincia de Guan Xi, en China, dónde se encuentra el mismo relieve y el mismo tipo de paisaje entre lunar y fantasmal.

La erosión de las rocas calizas por el viento, la humedad, las lluvias de monzón, dieron a estos montes sus formas particulares. La dimensión de las rocas es variable y puede alcanzar a veces hasta veinte kilómetros de perímetro.

Hay un conjunto de familias que viven en casas flotantes sobre pontones o barcos entre las rocas de la bahía. En general, no admiten ninguna intrusión en su organización de los poderes públicos, estando sometidas solamente a la autoridad del jefe de clan, según las tradiciones familiares.

Viven del pescado que pescan y venden a los barcos de turistas, y de las pequeñas cosas que pueden ofrecer al turismo.

La bahía y su relieve resulta misteriosas mágicas por razones difícilmente explicables, las fuertes corrientes marinas que hacen difícil la navegación cerca de las costas de alrededor desaparecen aquí, convirtiéndose en un mar apacible y protegido milagrosamente, con aguas de abundantes peces y ricos frutos de mar.

Todas las rocas tienen nombres insólitos a veces vinculados a su forma: sapo, elefante o mono. A veces, la disposición de las rocas forma bahías que permiten visitarlas, o confeccionan cuevas y arcos bajo ellas.

En esta bahía donde reposa nuestro junco, se encuentra la cueva Dau Go, o de las Maravillas, nombre que conserva desde la época francesa. Los vietnamitas le llaman "la cueva de los trozos de madera", por las más de 300 estalactitas que penden de sus tres grandes recintos.

Según la leyenda, un dragón viene para refugiarse en la bahía dos veces por año, al solsticio de verano y al equinoccio de otoño, apaciguando a las corrientes marinas que barren las costas de Vietnam en estos períodos.

Haiphong

Pagoda Duhang. Exquisita pagado en el centro de una ciudad portuaria con unos budas alegres que contagian la felicidad.

Haiphong. Mujeres a la salida del trabajo, compaginan la carga de la compra con las últimas entregas. Al igual que en muchos otros países orientales, las mujeres cubren casi totalmente su casa, como mínimo su boca y nariz con un antifaz; no tiene ningún significado religioso, tampoco es para protegerse de la contaminación: es muy escasa si no tenemos en cuenta el polvo, el motivo es protegerse del escaso sol y del viento, para mantener el cutis terso y nacarino.

Tam Coc

Toma su nombre Tres cuevas de las grutas que atravesadas por las someras aguas del río Ngo Dong, y enclavadas en medio de un fantástico paisaje cárstico, conforman el principal atractivo de este magnifico paisaje natural que todo el mundo apoda bahía de Halong sin agua en virtud del parecido de sus formaciones rocosas.

La única manera de contemplar todo este soberbio panorama es a bordo de pequñas barcas de remos que se internan entre las montañas bordeando enormes campos de arroz. El trayecto dura unas dos horas y media y durante ese tiempo, el barquero, que como siempre es una mujer, acosa al viajero para intentar venderle telas, bebidas, fotografías... ante la negativa atacan con las miserias familiares para ablandar al interlocutor, y si no lo logran el trayecto acaba con un fenomenal enfado.

En Vietnam se rema de frente, al contrario a como lo hacemos nosotros (de espaldas) eso tiene su significado por la necesidad de tener siempre de frente el tortuoso curso del río y evitar embarrancamientos entre la tupida vegetación flotante. Las remeras, han desarrollado una forma de remar con los pies, en una posición casi tumbada, de esta forma pueden permanecer horas al remo sin mucho esfuerzo.

Si logramos abstraernos de la pesadez del acoso del remero, la belleza y variedad del paisaje armoniza con la paz que trasmite.

Campos de arroz al final del camino.

Este trayecto no es frecuentado por los lugareños, por lo que no resulta común cruzarse con otras embarcaciones, y si sucede, se trata de más vendedores que acuden como moscas al panal.

Tam Coc junto a Hoa Lu. Al final del trayecto se encuentra una curiosa pagoda.

Ciudad imperial de Hue. En el centro del país se desarrollaron las más cruentas batallas entre el Vietcong y los EEUU. También allí se encuentra la antigua capital, Hue, y la ciudad prohibida de los emperadores. Tal fue la magnitud de los ataques que la ciudad prohibida quedó prácticamente arrasada. Desde el comienzo de paz, se está procurando reconstruir lo que se puede, porque hay espacios totalmente arrasados.

La ciudad prohibida se encuentra en el centro de la población y rodeada de un canal para favorecer su defensa. Por eso, es paso frecuente de la población cuando se trasladan de un extremo a otro de la ciudad y no desean hacer un rodeo.

Aún hoy en día, se pueden encontrar casquillos de balas y restos de metralla en el suelo, signo de los intensos combates que se libraron dentro de la ciudad prohibida.

Algunos rincones han recobrado su esplendor perdido.

Río del perfume. Desde Hue puede remontarse el ancho río hasta las tumbas de los emperadores. El río tiene mucha vida y en los alrededores se van encontrando pagodas, monasterios y barcazas que frecuentemente son el alojamiento permanente de los pescadores.

Estampa de armonía. Aquí no se conoce la prisa.

Thien Mu

Este templo budista es de la época colonial y está rodeado de una profusión de monasterios y de escuelas privadas de todo tipo. Se construyó en 1601 sobre las ruinas de un templo de origen cham dedicado a Shiva. Por su aspecto, ha sido llamado la torre de Confucio por lo europeos.

Minh Mang

El templo de Minh Mang, igualmente llamado templo de piedad familiar, Hieu Lang. Es el mejor de todos los recintos sepulcrales debido a su armonía, la geometría de sus jardines y la majestuosidad de su lugar. Su construcción duró dos años, de 1841 a 1843.

Minh Mang. Pagoda del emperador, en el centro del recinto, es paso obligado para llegar al túmulo funerario, con un diámetro de varias decenas de metros.

Otra vista el imponente recinto funerario.

Monjes en la pagoda de Vinh Trang. A pesar de las influencias venidas de China y de la India (no nos olvidemos que estamos en «Indochina»), Vietnam es un país donde se practican cultos extremadamente diversos, y que durante los años del comunismo no pudieron ser relegados. Muy abiertos a todas las corrientes espirituales, los vietnamitas han introducido en su panteón religioso elementos tan diversos como: el sol y la luna, Buda y Jesús, además de sectas modernas.

Hue. Pescadores en plena labor. La poca profundidad de los ríos permite pescar con rasa. Para la pesca de la almeja de río, se meten con el agua hasta el pecho y arrastran con rastrillos el suelo para sacar la arena y tamizarla con cestos, con el que se ve dos fotografías más abajo.

Danang

Museo Cham. El centro de Vietnam fue cuna de la rica cultura Cham. Hay varios lugares arqueológicos donde las ruinas se alternan con las minas aún sin explotar. Este pequeño museo reúne una colección de exquisitas e inéditas piezas que no se pueden encontrar en el museo de Raigón.

Hoian

Cerca de Danang es una de las ciudades más bellas del país. Una ciudad que, en algunos de sus barrios, ha sabido superar el paso del tiempo sin sufrir variaciones: casas y puentes de madera, pagodas vietnamitas y chinas, tiendas de artesanía de verdad, gentes de su pueblo y gentes que viven del turismo. Un paseo muy agradable es ir en barco por el rio Thubon hasta su estuario, cuando el agua del mar penetra y mancha la quietud del río. Como siempre, nos cruzaremos con gente amable y algunos sorprendidos por contemplar a occidentales. Para ellos todos parecemos el mismo.

Ho Chi Minh, antigua Saigón.

El tráfico siempre fluye a una velocidad constante (ni más rápido, ni más lento) y sin dirección fija aparente. Se puede ir donde se quiera por donde se quiera. Es muy importante que el tráfico sea siempre denso, si hay poco, se producen situaciones peligrosas: alguien puede tener tentaciones de acelerar y adelantar o de seguir en línea recta. Los vehículos tienen que ser pequeños, pero con capacidad ilimitada para transportar individuos, objetos y animales.

Los vehículos pueden ser de cuatro ruedas con claxon, de dos ruedas con claxon, de dos ruedas sin claxon, y sin ruedas y sin claxon (personas y/o animales errantes). La potencia de los vehículos nunca es importante (por aquello de que la velocidad siempre ha se ser lenta y constante), en cambio, el claxon (sonando) es fundamental. Cualquier vehículo de dos ruedas con claxon (los más abundantes) es susceptible de convertirse (sólo debe pronunciarse la palabra mágica «motobike» para forzar la conversión) en transporte público (de precio negociado).

Sólo hay una mínima regla para todos los vehículos: circular a velocidad constante esquivando el vehículo precedente.

El caos circulatorio de Saigón es autogestionado, eficiente, humano (muy respetuoso), alcanza cualquier punto de la ciudad, y sólo tiene una amenaza: unas extrañas luces rojas, naranja y verdes colgadas sobre algunas calles que lo interrumpen.

Mi Tho

Delta del Mekong

El delta está repleto de estrechos canales rodeados de una tupida vegetación. Durante la guerra, los americanos que se arriesgaban a entrar en estos canales, en lancha o andando por las aguas, sufrían emboscadas del Vietcong,

Una aglomeración de barcas nos esperan para dar un paseo por los canales.

Las poblaciones del delta, se extienden invadiendo con palafitos habitados los brazos más anchos del Mekong. Estas poblaciones hacen la vida en el río mayoritariamente, de modo que se encuentran espacios con cientos de barcas amontonadas constituyendo un mercado flotante, que puede ser visitado pasando de barca en barca.

Las crecidas del verano, inundan las casas de las orillas, pero difícilmente pueden llegar a la altura de los palafitos, construidos para estar a salvo en cualquier época del año.

Cu Chi

Entre los bosques formados por la exuberante vegetación del delta, el Vietcong construyó una red de estrechos túneles con espacios habitables para esconderse de los americanos, en su propio territorio, y adentrarse en sus bases para hacer atentados. Los túneles eran muy estrechos y adecuados a la morfología vietnamita, de modo que los musculosos y anchos americanos quedaban atrapados en su interior. Dentro de los túneles, se encontraban las habitaciones del mando vietnamita, cocinas, hospitales y todo un mundo, a dos o tres metros de profundidad, a salvo de la tecnología bélica de la superpotencia.

Palacio presidencial de Ho Chi Minh, en la ciudad del mismo nombre. A pesar de ser un edificio moderno, tiene una distribución de habitaciones que imita a las casas vietnamitas tradicionales. En él se encontraba el gobierno durante la guerra.

Es destacable visitar el claustrofóbico bunker, al cual se accede por una estrecha puerta abierta entre muros de cinco metros de espesos de hormigón. Todo su interior rememora la angustia de aquellos días y...