Esto en España se llamaría una bruja: un artilugio que tradicionalmente se colocaba en las chimeneas de las casas para espantar a los espíritus y evitar que entren al hogar a través de ellas. En Grecia es principalmente un remate de las chimeneas que sirve como veleta y evita que el revoco del aire produzca humo en el interior de la vivienda. La forma de pajarita de papel favores las dos funciones. ¿También tiene la funcionalidad de protección que hay en España?

ATENAS

Partenón. Visible en lo alto de la Acrópolis desde gran parte de la parte antigua de la ciudad. Conforme se sube la escalinata de la puerta Beulé y se atraviesa los propileos, lentamente va apareciendo la gran mole del Partenón causando sensaciones indescriptibles. La desilusión no la causa el edificio, permanentemente en restauración, sino percatarse que el área de la acrópolis es mucho más pequeña de la idea que estaba implantada en nuestra imaginación.

Erecteón. Tan extraordinario templo jónico es uno de los puntos más impresionantes de la visita a la acrópolis. Adoptó su planta a la de otras estructura más antiguas que existían en el lugar. Por ser la acrópolis un lugar sagrado, no podía realizarse nivelaciones del terreno, por lo que el edificio salvó el desnivel con distintas soluciones arquitectónicas. El resultado, un edificio asimétrico con plantas a distintas alturas y la culminación en el balcón de las cariátides, que mira hacia el Partenón.

Inesperadamente, la entrada se encuentra al lado opuesto al balcón y a nivel inferior. El pórtico norte aparece definido por cuatro esbeltas columnas jónicas en la parte frontal y dos en los laterales.
En este lugar, según la mitología, tuvo lugar la lucha de Poseidón con Atenea, y como recuerdo, todavía se mantiene un olivo que fue plantado por el vencedor de la lucha.

Olimpeion. Templo de Zeus olímpico. Con sus 107 metros de largo y 41 de ancho es el templo corintio más grande de toda la antigüedad. De las 104 columnas que poseyó solo han resistido 16, pero su conjunto mantiene la extraordinaria belleza que debió deslumbrar a los visitantes de Atenas.

CORINTO

Canal de Corinto. Los algo más de 6 kilómetros de largo y 23 metros de anchura se presentan como si una espada hubiera sesgado la tierra y separado la península del peloponeso del continente.
El canal evita a los cruceros que vienen de occidente y se dirigen al puerto del Pireo, dar la vuelta al peloponeso y ahorrar al menos medio día de travesía. También sirve para que los carteristas y descuideros sustraigan todo lo que puedan a los turistas admirados por la majestuosidad de la obra. Atención, los descuideros no descansan allí nunca.

El complemento del canal de Corinto es el puente Harilaos Trikoupis en las cercanías de Patras, al oeste del mar de corinto. Es uno de los mayores puentes colgante del mundo. Sus 2.225 metros unen la península del peloponeso con el continente con solo 5 vanos colgantes. Es un puente único, ya que se encuentra en una zona de gran actividad sísmica por lo que se han necesitado cuatro pilotes de 150.000 toneladas de peso cada uno, para poder soportar vientos de 250 Km/h y movimiento sísmicos de hasta 7 grados en la escala Richter.

NAUPLIA

Una de las ciudades más pintoresca de Grecia con clara influencia veneciana, en cuya época alcanzó su apogeo. La bocana del puerto presenta un viejo fuerte veneciano (en la fotografía) mientras a nuestra espalda la colina está rodeada por una triple muralla que alberga construcciones bizantinas del siglo XII, un castillo franco del siglo XIII y la fortaleza veneciana del siglo XVIII entre otras construcciones militares.
Tomarse tiempo para subir los cientos de escalones de sus empinadas callejuelas.

MICENAS

Cerca de Nauplia se encuentra la mítica ciudad recuperada por el rico arqueólogo alemán Schliemann, cuya pasión por los textos de Homero condujo sus pasos para también descubrir Troya.
Su creencia en la fidelidad de los personajes legendarios le llevó a identificar en este lugar las supuestas tumbas de Agamenón, Clitemenestra, Egisto y los Atridas. Se alza en un monte y está rodeada de murallas, tumba, dioses y leyendas.

La entrada a la antigua ciudad se hace por la Puerta de los Leones de 3.10 metros de altura y 3 de anchura. Un gran bloque de piedra en el suelo, dos en los laterales y otro más en la parte superior que sustenta un monolito triangular donde se encuentran esculpidos dos grandes leones rampantes enfrentados entre ellos con una columna en medio. Carecen de cabeza porque, al parecer, estaban trabajadas en esteatita, piedra verde muy blanda que se ha perdido con el tiempo, y mirarían hacia el exterior para desafiar a los posibles enemigos.
La puerta se encuentra enmarcada en un pasillo de murallas colocadas estratégicamente para defender la entrada a la ciudad.

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Vista panorámica

Nada más traspasar la puerta, nos encontramos a la derecha un gran circulo de piedra con corredor lateral formado por losas verticales y con un diámetro de de 28 metros. Es el Circulo A de las tumbas reales, donde Schliemann excavó cinco tumbas que albergaban a 19 individuos y fabulosos tesoros: máscaras funerarias, balanzas, dagas, estatuillas, entre la que destaca, por ser la más conocida, la llamada máscara de Agamenón.
La datación de estas tumbas es entre 1.600 y 1.500 a.C.

Tesoro de Atreo también llamada Tumba de Agamenón, aunque no se sabe quién fue enterrado en este lugar. Es la más espectacular de las tumbas similares de la zona. Un largo pasillo, o drómos, de 36 metros conduce a una gran cámara circular de unos 14 metros de diagonal, con una falsa cúpula a gran altura. A la cámara, solamente se abre una pequeña sala que contenía el tesoro. En lo alto de la cúpula hay un orificio redondo por el cual se echaba arena al interior, quedando así la tumba sellada. Posteriormente se cerraba el orificio con una piedra circular y que disimulaba el entorno, convirtiendo la tumba en un falso montículo.

OLIMPIA

Al entrar al recinto arqueológico, y junto al gimnasio, se encuentra la palestra del siglo III a.C. En este lugar era donde se entrenaban los atletas. Es un amplio edificio cuadrada rodeado de columnas. Permanece un pequeño edificio destinado a alojamiento de los atletas.

Junto al llamado taller de Fidias del siglo V a.C., y compartiendo pared, se halla una iglesia bizantina en un estado de conservación bastante aceptable. De planta rectangular, conserva las celosías de separación del presbiterio y numerosos signos religiosos.

El centro del inmenso recinto dedicado al atletismo lo ocupa el Altis o espacio sagrado donde se encuentra el templo de Zeus. Fue construido a mediados del siglo V a,C, por Libon de Elide en estilo dórico. Como marcan los cánones, tenía seis columnas en su frente y trece en los laterales, sobre un basamento con tres escalones. Alrededor del templo persisten numerosos pedestales donde se colocaban estatuas votivas de los vencedores. En las cercanías, también se conserva el lugar donde se entregaba el premio al ganador de los juegos.

En el ángulo noreste, bajo el espectacular monte Kronion, reencuentra el pasadizo abovedado que lleva al estadio donde se celebraban los juegos.

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Vista panorámica

La pista del estadio tiene una longitud de 600 pies heroicos, que equivalían a un estadio. Nunca tuvo graderío, pero los laterales estaban construidos por tierra apisonada formando terraplenes donde podían sentarse, en el suelo, los espectadores y tener una buena visión de todo el recinto. Hoy en día, sentarse en las laderas, constituye el descanso del viajero en las escasas sombras, viendo a los visitantes correr la longitud del estadio. Si quieres correr, no lo hagas descalzo, como los antiguos griegos, la buena conservación de la pista es solo aparente, y más de uso acaba con los pies destrozados.

Junto al ninfeo de Herodes Atico, construido como una exedra, está el templo de Hera, de dimensiones más reducidas que el de Zeus es, sin embargo, más conocido gracias a que delante de él se enciende cada cuatro años la antorcha olímpica que arderá durante todos los juegos, después de recorrer la distancia hasta el país anfitrión.

DELFOS

de gran valor por la importancia de las piezas que contiene, resultado de las excavaciones en el recinto. Podemos ver dos impresionantes kuroi arcaicos, metopas de los tesoros, cascos guerreros, esfinges, frisos, el frontón del templo arcaico de Apolo, y como despedida, al final de todo el recorrido por el museo, la famosa y magnífica estatua de bronce del Auriga de Delfos, ofrecida por Polizalo, tirano de Gela (Sicilia) en el año 470 a.C. con motivo de su victoria en los juegos píticos.

El recinto del santuario se despliega por la empinada ladera del monte Parnaso, donde la Vía Sacra sirve de único itinerario para poder llegar desde los tesoros, localizados en la parte baja, hasta el stadium, más allá del teatro.
Al día de hoy es recinto todavía tiene carácter sagrado para los griegos, y es fácil ver escalar (dada la dificultad de la ascensión) a enfermos de todo tipo, incluso paralíticos que tienen que ser ayudados a llegar hasta el templo del oráculo.

La Vía Sacra presenta una sucesión de "tesoros". El nombre es equívoco y se atribuye a un pequeño edificio que ofrecían las ciudades como tributo al santuario y que servía para coger los exvotos que llevaba la ciudad. En las fotografía, al fondo, el edificio reconstruido del tesoro de los Atenienses.

El teatro se localiza en lo alto del santuario, aprovechando el desnivel de las laderas. Como es conocido, las representaciones en los teatros griegos se realizaban en el círculo de la orchestra y la escena (skené) se utilizaba como vestuario, al carecer de proscenio. Con esta distribución, los espectadores gozaban de una magnifica vista, con el templo de Apolo en primer plano, y la espectacular vista del valle con el mar al fondo.

En esta vista general del santuario podemos ver con más detalle la organización del recinto y su distribución por la ladera del monte. A las estatuas y monumentos de exvotos particulares que rodean la parte baja de la vía, el siguen los tesoros de las ciudades griegas, para llegar al templo de Apolo, sede del oráculo, y al fondo el teatro. Más arriba todavía se alcanza el stadium aprovechando una pequeña meseta en la ladera.

Fuente Castalia o fuente de la poesía. A pocos metros fuera del recinto, se situaba la fuente cuya agua era utilizada en el rito de los oráculos. El agua cae desde una altura de 583 metros, desde donde se canaliza hasta a fuente, saliendo porcados de bronce con cabezas de animales. El liquido se recogía en una pequeña piscina de abruciones, que hoy está junto a la carretera y es lo único que puede verse sin necesidad de saltar la valla que protege el resto del paraje.

La forma de realizar el oráculo era la siguiente. En principio sólo se podía consultar durante el día 17 del mes bisio (febrero-marzo), pero con los años, ante la gran demanda que iba teniendo, el oráculo funcionaba todo el año excepto en invierno, ya que entonces Apolo se retiraba del santuario. La pitonisa era elegida entre una de las vírgenes délficas, ella entraba a hablar con el dios cuando el cliente había formulado la pregunta. Las preguntas no eran para predecir el futuro sino que se limitaban a saber si una acción que se iba a emprender tendría el apoyo de Apolo. La pitonisa en el interior del ádyton, se sentaba sobre un trípode envuelta en humo procedente de hojas de loral y de harina de cebada. Con el agua de la fuente de Castalia y el ónfalos recibía a los consultantes. Una vez hecha la consulta, la pitonisa comunicaba la respuesta con sonidos y movimientos del cuerpo que eran interpretados por los profetas y comunicados a los sacerdotes. Estos últimos eran los encargados de transmitir la respuesta al comunicante.

METEORA

Formada por unos espectaculares peñascos cilíndricos que sobresalen del verdor del terreno en primavera y que sirvieron como base para la construcción de media docena de encaramados monasterios que son una escalera al cielo. Meteora (met-teh-o-rah) significa suspendida o colgada del aire.
Lejos de las cosas mundanas, en estas abruptas rocas, en medio del vértigo, la confusión y el sonido de las águilas, los eremitas, tras haber renunciado a la vida, rezaban día y noche suplicando a Dios que les concediera la paz espiritual más allá de la muerte.

Según la leyenda fue San Atanasio quien fundó el Gran Meteoro, el centro monacal más antiguo, según la leyenda lo hizo volando hasta el alto peñasco a lomos de un águila.

A finales del siglo X comenzaron a llegar al lugar distintos religiosos que se refugiaron en cuevas. En el primer tercio del siglo XIV se presentaron dos monjes procedentes del Monte Athos: Gregorios y Atanasios, este último fue el encargado de fundar una comunidad monástica

Todos los monasterios son visitables, pero no todos están abiertos todos los días. Aunque antiguamente el acceso a algunos monasterios se realizaba subiendo dentro de una cesta tirada desde el monasterio, actualmente existe, en todos ellos, una subida con cuidadas escaleras. Sin embargo, no todos tienen un fácil y rápido ascenso, algunos de ellos son de dificultad para muchos de los mortales.

Agios Triada. Construido en solitario risco hacia el 1438. Tras subir su escalera de 130 peldaños y atravesar algún túnel en la roca, se puede contemplar un templo bizantino decorado con frescos de finales del XVII.
Encima de esta roca la vista es única. Te dominan, al mismo tiempo el temor y admiración al mirar la llanura de Tesalia, que se pierde en el borroso sur desde el extremo de la roca. Toda la sierra de los Agrafos llega hasta la cima de enfrente de Kosiaka y sientes que te encuentras como meteoro en el vacío al ver, abajo, en un precipicio de cuatrocientos metros, las casas de Kalambaka.

Monasterio de Rousanou. Data de 1388 y fue construido a medidos del XVI. De esta época son los frescos de la iglesia. El camino de acceso es más que interesante, sobre todo cuando se tienen que cruzar los puentes sobre los precipicios. Hoy funciona como monasterio de mujeres. Es un edificio de tres pisos, no muy grande. En el piso de en medio se halla la pequeña iglesia de la Transfiguración, con una capacidad escasa para veinte personas, dispone de un santuario orientado hacia el norte y de una planta en forma de cruz, con dos columnas, cúpula y nártex.

El Monasterio de Rousanou está restaurado con una exquisita delicadeza. En la fotografía un rincón del recibidor que encontramos nada más adentrarnos en su interior.

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Vista panorámica

Al mirar este majestuoso paisaje, imponente y salvaje en invierno, mientras los vientos del norte soplan entre la confusión de las moles pétreas, pero tranquilo y devoto los días soleados, lleno de olores de montaña de las flores salvajes y vegetación virgen en las grietas de las rocas, el visitante siente la nulidad del ser humano en el infinito y se vuelve peregrino. Se encuentra cerca de su Creador, al tiempo que la naturaleza se extiende a su alrededor desierta, llena de soledad y con el veloz vuelo de los pájaros y el tañido de las campanas de algún monasterio como único consuelo.

KNOSSOS

Según la leyenda sería el rey Minos quien encargaría a Dédalo la construcción de un intrincado laberinto para encerrar en su interior al Minotauro, mitad hombre mitad toro, que había nacido de los amores de Parsífae con un toro. Este monstruo vivió allí hasta que Teseo, ayudado por Ariadna, hija de Minos, le mató.
El rey Minos castigaría a Dédalo y a su hijo ícaro, encerrándolos en el interior del laberinto que debía haber sido inexpugnable. Padre e hijo construyeron unas alas con cera y plumas, gracias a las cuales salieron volando del interior del recinto. En su vuelo, ícaro se dirigió hacia el sol, derritiéndose sus alas y muriendo ahogado en el mar.

Este laberinto corresponde en realidad a la estructura de los palacios minoicos, dispuestos alrededor de un gran patio central y con numerosas salas, pasillos y escaleras que comunicaban sus diversas estancias y pisos.

Las excavaciones comenzaron en el año 1900 gracias a la intuición y conocimientos del arqueólogo inglés Arthur Evans, limitándose, por el momento, al área de los palacios, sin haber empezado al excavarse la ciudad que los rodea.

Casi todo lo visitable, especialmente las zonas sustentadas por columnas, responden a una "reconstrucción" y no "restauración", llevada a cabo según las teorías de Evans sobre sus suposiciones acerca de la realidad arquitectónica. Por ello el aspecto de algunas zonas es muy vistoso y turístico, aunque la reconstrucción en sí no ha sido nada "ortodoxa" al emplear cemento, en sustitución de la madera de las columnas y jácenas. Sin embargo, la imitación es muy realista y el efecto de la reconstrucción despierta más el interés del visitante, que si se hubiera dejado las escasas piedras encontradas de los primitivos cimientos y basamentos.

Solamente dos aspectos desmerecen el conjunto: la gran aglomeración de público que lo visita y la escasa calidad de las reproducciones de los murales.
Afortunadamente, los murales originales fueron desmontados y una mayoría de ellos se pueden contemplar en el museo arqueológico de Heraklion y otro gran conjunto en el museo de Atenas. Recomendamos la visita a los dos museos y no contentarse con unas reproducciones, que entonan el recinto, haciendo la visita más emocionante, pero no permiten apreciar la belleza y calidad técnica de las pinturas originales.

En la fotografía, uno de los rincones más fotografiado del recinto. Aparenta un balcón del palacio, pero en realidad se trata de un fragmento reconstruido de los propileos de la puerta norte. Los propileos tenían dos pisos de altura y, posiblemente, la columnata alcanzaba a ambos pisos.

HERAKLION

La capital de Creta no tiene más atractivo que su puerto y su museo, pero es un lugar ideal para el viajero, por la diferencia amistosa de trato frente a otras islas, sus precios sorprendentemente normales y normalizados (no aplican un segundo precio a los extranjeros) y la gran variedad de tiendas y objetos para adquirir. Por lo demás, es base de pernocta obligada para ir a Knossos.

FESTA

El yacimiento se lleva excavando desde 1900, gracias a eso podemos ver con bastante claridad la distribución y existencia de la parte noble de la ciudad, como ocurre en la época minoica, está dispuesta alrededor del patio del palacio principal.

AGIA TRIADA

Además de ser villa real de los gobernantes de Festa, como segunda residencia, en el lugar se mantiene en perfecto estado una iglesia bizantina con frescos, no muy bien conservados, en su interior.

THIRA (Santorini)

Santorini y los pequeños islotes de alrededor son el único grupo volcánico de toda Grecia. Ello ha marcado continuamente la historia del lugar, ya que desde época minoica se conocen grandes cataclismos que llegaron a sepultar ciudades enteras. La últimas erupciones y terremoto son de 1956. La primera conocida tuvo lugar en 1626 a.C. cuando la isla explotó fragmentándose en los cuatro trozos que pueden verse.
Thira, y las ciudades que miran hacia la caldera, están colgados en lo alto del inmenso acantilado formado tras la explosión.
La blancura de sus casas resaltadas en lo alto de la oscuridad rocosa, es la primera impresión que recibe el visitante al llevar al puerto. La delicadeza de sus estrechas calles (siempre repletas de por los visitantes que desembarcan de los cruceros) es uno de los mejores recuerdos que persistirá con nosotros.

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Vista panorámica

En el centro de la caldera volcánica sumergida, la isla de Kamen va emergiendo conforme se producen erupciones. El volcán de la isla de Thira está activo, y la visita a Kamen no está privada de la inquietud de estar caminando por el filo de la navaja. Sin embargo, la contrapartida reside en el apacible espectáculo de la puesta del sol desde las terrazas de Thira mirando la caldera y el incansable movimiento de las grandes embarcaciones, que desde allí parecen maquetas manejadas por los dioses.

OIA (Santorini)

Lugar encantador situado en el extremo septentrional de Santorini. El pueblo respeta la arquitectura tradicional de la isla: las casas tienen el techo en forma de bóveda; el interior de alguna de ellas están decoradas con pinturas al fresco imitando a las antiguas de Akrotiti, la ciudad minoica que quedó sepultada en lava durante la explosión de 1626 a.C. y cuyo yacimiento no es actualmente visitable por problemas de seguridad en las estructuras. El exterior de las viviendas es variada: algunas son blancas y otras están pintadas en tonos pasteles armonizando con la iluminación mediteránea.

A pesar de tener muchos turistas es la ciudad más tranquila de la isla, con rúas estrechas pero no demasiado empinadas, y rincones que invitan a detenerse eternamente en su contemplación.

Las casas se han ido construyendo descendiendo por el borde de la caldera, hasta llegar a parecer imposible su construcción. Para estas casas, no existen calles y su acceso se realiza por estrechos pasillos entre viviendas.
Hay que reconocer el valor de la gente que vive en estos lugares, conscientes ellos de que viven sobre el borde de un flan que en cualquier momento puede ponerse en movimiento.

La isla tiene escasas carreteras y menos vehículos, si exceptuamos la creciente moda de Quards solamente circulan motocicletas y los destartalados autobuses que enlazan las ciudades muy del tanto al ciento. Sin embargo, la escasa limitación del terreno con el que cuenta, hace que nuestra presencia en ella sea muy tranquila, aunque las pocas playa en las que se puede tomar el sol, sean de una gruesa e incomoda arena negra, que también podría llamarse gravilla.

En el extremo de la ciudad, se encuentra un pequeño castillejo montado sobre una península colgada en la cortada. Es el lugar preferido por los turistas para contemplar la puesta de sol. Pero cuidado, es tal la cantidad de gente que acude a verla, que luego es imposible coger el autobús para volver al lugar de residencia, cuando no se habita un hotel local.

MYKONOS

Aunque la isla tiene aeropuerto, la mejor forma de llegar a ellla es en uno de estos rápidos catamaranes que enlazan todas las islas y proporcionan un viaje cómodo y rápido. Al llegar a la isla un gentío de guías anuncian pensiones y hoteles a poco precio (al menos en apariencia), porque la isla es frecuentada con miles de jóvenes, que convierten la isla en una pequeña Ibiza en manos de homosexuales que viven la noche plenamente.

Célebre por sus playas y por la proximidad de Delos, la capital, con sus calles laberínticas y su blanco ibicenco se presta a perderse por sus calles buscando los mejores rincones pintorescos. Prácticamente la componen una pequeña playa en el interior del puerto, varios pelícanos que pasean junto a los turistas sin inmutarse por la policromía de sus atuendos, unos molinos que parecen haberse puesto para atraer al turismo y numerosas terrazas de modernos bares, desde las que se en cromáticas balconadas de madera.

La isla es bastante plana, pero eso no impide que las casas localizadas cerca de la orilla, escalen la empinada pendiente convirtiendo el interior de los edificios en una réplica en miniatura del laberinto del minotauro.

El pequeño puerto es el corazón de la ciudad. La invasión turística no ha impedido que conserve un aire pintoresco y natural. Los pocos pescadores que mantienen su actividad, venden los productos de su trabajo en una improvisada lonja que no es más que un mostrador de piedra, y no es raro encontrar redes tendidas al sol con decenas de pulpos colgando para desecarlos.

La ciudad vive de noche. La mejor hora para pasear por sus cuidadas calles en busca de bellos rincones es durante la mañana. La luz mediterránea y la soledad de sus calles hacen del paseo un placer. Sin embargo, a partir del mediodía, la gente comienza a llenar las terrazas de los bares y restaurantes, y al caer la tarde, estas vacías calles, se vuelven intransitables por el gentío ávido de la noche.

Desde los molinos hay una hermosa vista de la llamada Pequeña Venecia. Es una hilera continua de casas montadas literalmente sobre el agua, con balcones colgando sobre el mar.

DELOS

La isla de Delos solamente es asequible en barco desde Mykonos, desde donde dista pocos kilómetros, lo que hace del viaje un corto y agradable paseo marítimo. La antigua ciudad cubre la práctica totalidad de la isla y sorprende el buen estado de sus ruinas y la buena restauración que han realizado los arqueólogos.
La isla no está habitado y carece de cualquier elemento moderno, excepto en el bar. No tiene calles asfaltadas, ni vehículos, por lo que podría transportarnos a la antigüedad si no fuera por la cantidad de personas en pantalón corto que perturban esa ilusión.

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