En el año 2009 las compañías aéreas indonesias estaban en la lista negra de la CE y no podían volar en la Comunidad Europea. Por ello, no había vuelos directos a ninguna ciudad indonesia y el viaje tenía que hacerse mediante conexiones con otros vuelos. Había indicios de que la compañía indonesia Garuda iba a salir de la lista negra en unos meses, con lo cual se abrirán las ofertas más económicas aunque de menos calidad. Mientras tanto, la mejor opción es volar con Sinpagore Airlanes, que es la compañía aérea más lujosa del mundo y se nota por la anchura de las plazas, los servicios de ocio individualizados y la calidad de su catering. El único inconveniente es que no vuela desde Madrid, pero las más de 18 horas de vuelo desde Barcelona a Yakarta resultan menos extenuantes que con otras compañías.

Taman Mini Indonesia Indah (Lat -6.301450° Log 106.896211°). Al sur de Yakarta se encuentra este «Jardín pequeño de la bella Indonesia» (traducción de su nombre) al más genuino estilo del «pueblo español» de Barcelona o de la "feria del campo" de Madrid pero con unos atractivos que lo convierten en un parque en miniatura de alrededor de 100 hectáreas que recoge lo mejor de las 27 provincias y de las 300 culturas del país. Ofrece una primera aproximación de la cultura, arquitectura, naturaleza y folclores del país, mediante reproducciones que se distribuyen alrededor de un lago con el mapa de Indonesia.

En este parque encontrarás una casa tradicional de cada provincia, aviones y barcos originales fuera de uso, maquetas de lugares de interés, como el templo de Borobudur. También es posible visitar el Museo Zoológico, el Parque de los Pájaros, el Museo Indonesio y numerosas atracciones que lo convierten en un parque de ocio donde afluyen las familias para pasar los domingos.

Palacio presidencial en los jardines de Kebun Raya (Lat -6.599213° Log 106.796744°)Los inmensos jardines del palacio presidencial están abiertos para el disfrute del público que los llena principalmente en domingo. El resto de la semana se puede pasear por ellos con privacidad y contemplar cuidados paisajes selváticos de natural belleza. En los jardines hay diversos arroyos y estanques con lotos y miles de especies de árboles y plantas. Las casas de orquídeas disponen de variedades sorprendentes brillando entre la densa humedad y las ocasionales caídas de agua desde los niveles superiores.

Caldera del volcán Tangkuban Perahu (Lat -6.758830° Log 107.617590°) Bandung es una extensa ciudad con brotes industriales en el oeste de Java. Millones de personas invaden sus congestionadas calles donde afluyen centros comerciales con precios muy altos para los nativos, pero económicos para los europeos.
A 30 kilómetros al norte, y a unas dos horas de viaje por estrechas y bacheadas carreteras, encontramos la zona volcánica de Tangkuban Perahu, converida en un paque natural donde acampan los niños nativos y hacen trekking los escasos turistas que se aventuran por este lado de la isla. La ascensión al volcán es muy sencilla, porque puede llegarse hasta el mismo cráter en vehículo y aparcar en medio de un improvisado poblado de tiendas con los más variopintos productos.

En contra de que se puede esperar de un sitio tan masificado de vendedores, no hay mucho acoso al turista y la estancia puede parecer hasta agradable, a pesar de la gran cantidad de público favorecida por la fácil ascensión.
El cráter sigue emitiendo fumarolas de azufre que perfuman levemente toda la zona. Está activo, aunque dormido, por lo que su sólido lecho, causa la sensación de estar contemplando un lago de lava en ebullición.

Plantación de Te. (Lat -6.741780° Log 107.644960°) La zona del centro occidental de Java es dominante en cultivos de té. Aunque la isla está muy densamente poblada la parte occidental conserva la jungla que le caracterizaba. Conforme se avanza hacia el centro de la isla, la densa masa boscosa ha sido reemplazada por la deforestación en forma de verdosa sábana de te. En otra islas, el cultivo de te está minimizado y absorbido por el que resulta más vital: el arroz.

Piscinas de aguas termales en Ciater (Lat -6.737677° Log 107.646204°)Es una de las mayores atracciones de la zona volcánica. Han aprovechado las aguas calientes y cargadas de minerales de los manantiales próximos al volcán para construir balnearios donde prestan servicio circunstancial a grupos de turistas, de escolares y de invitados a bodas. El balneario incorpora alojamiento, piscinas, restaurante y vistas a las plantaciones de té y a los almacenes donde se manufactura.

El balneario dispone de varias piscinas al aire libre, con diferentes tipos agua a temperaturas acordes con la del aire, superiores a 35° C. La primera impresión es la de la gamba cuando entra al codero. La segunda, una vez hemos adquirido el tono rojo en la piel, es de agrado y serenidad.

Como nota curiosa, el idioma indonesio conserva términos muy cercanos a nosotros. Por eso se anuncia que esas aguas favorecen el tratamiento del "asma", "reumatis" y otras no tan gramaticalmente reconocibles enfermedades.

A pesar de ser un país musulmán, las piscinas son mixtas, de forma que los hombre se bañan bastante tapados, y las mujere se mojan los pies sin quitarse nada de ropa; eso siempre que no haya hombres extraños alrededor.

Templo Cangkuang (Lat -7.103427° Log 107.919933°) Salvo excepciones, como el singular templo de Borobudor, los templos de Java son de reducidas dimensiones. Incluso los templos de Prambanan son individualmente pequeños, pero al constituir un conjunto de cientos de templos, el santuario es grandioso y cada uno de los templos es una nota musical del instrumento completo que compone el órgano místico templario.

Cangkuang, que pronunciado en indonesio se asemeja a nuestro "San Juán", es un pequeño templo instaurado en una colina en el centro de un lago al cual se accede a través de un istmo que lo conecta con un extraño pueblo de pocas casas y muchos gallos que conserva tradiciones ancestrales. El templo está rodeado de un cementerio musulmán y de singulares especies vegetales.
La paz se puede mascar.

Más allá del lago, los campos de arroz y las lagunas con flores de loto acompañan a la tranquilidad que vamos perdiendo al abordar las embarcaciones, fabricadas con bambú, para atravesar el lago y acabar en el civilizado pueblo de la otra orilla.

Los pescadores lanzan insistentemente sus redes al lago desde sus frágiles embarcaciones de bambú, para conseguir las capturas que alimentarán ese día a su familia; y mientras, nuestra embarcación avanza lenta y silenciosamente los pocos metros que nos separan del embarcadero.

Plantaciones de arroz (Lat -7.307320° Log 107.926430°) En cada continente predomina un cereal diferente: en Europa el trigo; en Asia el arroz; en áfrica el mijo; en América del norte y mesoamérica el maíz; en Sudamérica la quinua, pero en Oceanía, la exuberancia de la naturaleza no ha otorgado un único cereal en abundancia sino que ha sorprendido con multitud de productos que no era necesario cultivar. Fue con la llegada de la civilización asiática cuando el arroz se introdujo en las islas para constituir el alimento básico, diario y en muchos de los casos único.

La homogeneidad anual del clima en las islas permite tener hasta tres cosechas de arroz por año. La agreste orografía del oeste de Java, con escarpadas montañas y valles profundos, favorece la presencia de la jungla, pese a la superpoblación que la rodea e intenta tímidamente dominarla. En aquellos lugares donde es posible aterrazar las colinas, un dédalo de campos inundados asemeja el interior de una colmena.

Cada campo tiene un semillero que se distingue sin dificultad por ser la única zona verde en medio de los campos vacíos. Cuando el suelo se ha preparado, después de permanecer enfangado durante días, los sembradores arrancan las pequeñas plantas de arroz de los semilleros y las van plantando en los campos en hileras separadas 15 cm. En dos o tres meses la plantación habrá crecido lo suficiente para comenzar a amarillear; será el momento de la cosecha que también se realizará a mano, y a mano se separará el grano del tallo golpeando las gavillas contra las paredes de un cajón en el que se irá depositando el cereal.

A medio camino entre Garut y Tasikmalaya está Kampung Naga (Lat -7.360698° Log 107.992664°) Un pueblo tradicional y una pieza de museo de la arquitectura y vida sundanesa.

En él viven 110 familias que han decidido aislarse de la civilización y conservar los modos ancestrales de vida. Mantienen sus casas construidas a modo de palafitos para aislarlas de la humedad de una tierra continuamente mojada, con techos de paja y alumbrados con candiles de petróleo (nunca han permitido la conexión a ninguna de las redes eléctricas que pasan por las cercanías)

El pueblo se encuentra junto a un río, al fondo de un valle, rodeado de escarpadas laderas, al cual se accede por una empinada escalera de 360 escalones. En la actualidad no permiten la entrada al pueblo a ningún forastero, especialmente a los turistas. No son asociales, permiten ser abordados para conversar, especialmente por los extranjeros, pero han preferido mantenerlos a distancia para preservar su vida en el pueblo.

Los visitantes, podemos descender la mitad del camino hasta una zona desde la cual puede verse el pueblo, y su vida, a distancia. Las casas del pueblo están orientadas al sur y rodeadas de campos de arroz. Son frías y húmedas, lo que ocasiona dolorosas enfermedades a sus habitantes y eso se refleja en su falta de alegría; nadie ríe, ni siquiera los niños.
La vida tradicional la viven en todas sus consecuencias; el arroz que cultivan es pequeño, la cáscara se encuentra vacía en gran proporción y su calidad es la peor de todas las que se cultivan en la isla. Por eso, su alimentación es pobre y la venta de su escasa producción adquiere un precio muy bajo.

A media altura de la ladera, se han construido letrinas sobre las balsas de agua que sirven para regar los campos inferiores. Cada familia tiene su letrina particular a la cual acceden por un estrecho tablón. El motivo de esta construcción, es utilizar los desechos naturales como fertilizante para el arroz y evitar su acumulación en un área cuya pérdida como campo de cultivo es un lujo cuando cualquier palmo de tierra debe de ser utilizado.

Julia asciende la escalera de salida del pueblo. Durante el trayecto de vuelta estuvo hablando con mujeres y niños que vivían en la zona y que no pusieron inconveniente para la conversación. Por el contrario, se sintieron muy interesados en conocer de donde éramos. En indonesia se aprecia la piel blanca. Para ellos una mujer de piel blanca vale más que otra más morena. Existen productos para blanquear la piel, que la erosionan y producen manchas y tumores. Incluso las mujeres más pobres los utilizan sin mucho éxito. Por eso es un atractivo especial ver y hablar con una mujer blanca, sobre todo cuando esta mujer es occidental de un país al otro lado de su mundo.

(Lat -7.735172° Log 108.457223°) Cerca de una de las playas más frecuentadas de Java, Pangandaran, el río nace en una espesa jungla y atraviesa cañones y cascadas hasta donde alcanza su tranquilidad y se convierte en una vía de atractivo turístico frecuentada por continuas caravanas de barcas trasportando visitantes.

El paisaje es espectacular. Los altos árboles rivalizan con los cortantes riscos, las lianas con la vegetación sobre el agua y las laderas se llenan de animales exóticos, pájaros y lagartos de más de un metro de longitud languidecen al sol sin importarles el ruido de las motoras.

En las ciudades, la circulación es muy intensa y caótica. La seguridad vial no ha llegado hasta esas islas y se circula apurando más allá de lo permitido los adelantamientos y los cruces. Afortunadamente, los conductores tienen un sexto sentido que les permiten estimar las distancias y sincronizarse unos a otros, de forma que siempre se pasan rozando pero sin tocarse. Esta costumbre está tan extendida que nadie utiliza el claxón para avisar del peligro al contrario, o para protestar de la maniobra que está efectuando. En ocasiones, parece imposible que por una estrecha carretera colgada sobre un barranco donde apenas cabe un solo vehículo, puedan cruzarse tres de ellos: el adelantado, el que adelanta y el que viene de frente; el cálculo de la distancia y de los espacios es tan fino que los tres se sincronizan para pasar sin tocarse pero con escasos centímetros de margen.

Por otra parte, la contaminación por los humos de los vehículos es la más alta que he visto en ningún lugar del mundo. La gasolina es muy barata, la cuarta parte que en España, pero sospecho que el precio es acorde con la calidad de su refinado. Todos los vehículos sueltan una densa humareda.

El indonesio, lo primero que hace cuando ha conseguido ahorrar lo suficiente es comprarse una motocicleta. Con ello puede hacer frente a las largas distancias diarias y la escasez de transporte público, además pueden alquilar sus servicios para ganar un dinero extra. La superpoblacion, más de 242 millones de habitantes (el cuarto país más poblado del mundo) y la escasa industrialización, mueven a la población a ingeniárselas sacando dinero de cualquier sitio y ha trabajar para sí mismo. De ahí, que la vida se haga en la calle donde el tráfico y la gente invaden todos los rincones.

Templo de Mendut (Lat -7.604785° Log 110.230025°) es el primer monumento del conjunto templario de Borobudur que nos encontramos viniendo desde Yogyakarta. Como es tradición en los complejos templarios de Indonesia, se alinea (desde el este) con el templo de Candi Pawon (en el centro) y el magnífico Borobudur (al oeste). Fue descubierto en 1836 y restaurado por los holandeses, aunque algunas partes del tejado y de la entrada yacen todavía alineadas junto a su cara sur.

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Planta del templo

Es un templo excelente y los paneles en relieve de las paredes exteriores, hermosamente tallados, están entre los mejores ejemplos del arte javanés hindú.

En su interior se encuentra una gran estatua de Buda, franqueada por bodhisattvas, que destaca por su peculiar postura sentada en lugar de hacerlo a la manera tradicional de la representación budista.

Junto al templo se encuentra un monasterio budista.

Una de las características de las construcciones templarias indonesias en piedra es la falsa cúpula construida al modo de las falsas bóvedas de las pirámides egipcias, de los túmulos funerários de Grecia como "la tumba de Agamenón", de otras construcciones anteriores al descubrimiento de las técnicas de construcción modernas y de construcciones posteriores, de otros continentes, como los templos y pirámides mayas. Consiste en ir aproximando las hileras superiores de piedra hasta que se cierran por si mismas. Un ejemplo, que todos podemos recordar por haberlo visto en numerosas ocasiones, es la bóveda del gran corredor ascendente de la pirámide de Keops en Giza.

La llegada al templo montaña de Borobudur (Lat -7.607847° Log 110.203746°) por la vereda principal del santuario, es uno de los espectáculos más grandiosos que he podido observar en todo el mundo.
Si despierta admiración, al llegar al hotel Mena House conforme se asciende por primera vez por la calle que sube desde el centro de El Cairo, descubrir la soberbia altitud de la Gran Pirámide, no tiene comparación con la inimaginable sorpresa que causa encontrarse con un Borobudur que se impone con su colosal tamaño cuando nos encontramos a punto de acometer la escalinata desde la planicie; y eso, pese a que ha venido anunciando su magnitud durante el camino de llegada, al dejarse ver en la lejanía.

El templo está construido sobre una colina que amplifica su tamaño. Pero el truco visual no le quita el merito de ser una de las nuevas maravillas del mundo y pasar por ser el mayor templo budista del mundo.

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Planta del templo

Borobudur es un templo montaña, eso quiere decir que no hay ningún recinto interno a la manera del templo que custodia el Buda de Mendut, sino que consiste en una inmensa mole de piedra de base 118 x 118 metros que forma seis terrazas cuadradas coronadas por tres circulares con una inmensa estupa en su centro. Cuatro escaleras conducen desde la base a la parte superior desde cada uno de sus lados. Aunque hoy presenta el color gris de la piedra volcánica, en su día estuvo pintado, lo que le dotaría de un aspecto de mandala tántrico tridimensional, por cuyos corredores circularían los monjes en sus oraciones.

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Fue edificado entre los siglos VIII y IX, por lo que es anterior a los colosales templos de Angkor. Dedicado a Buda y sus cuatro verdades sublimes puede considerarse el templo mayor y más característico con arquitectura metafísica, del que hay una representación en pequeño en el templo de Preah Neak Pean de Angkor, ya que sus enormes estructuras geometricas, más que a técnicas o reglas arquitectónicas, responden a una simbología religiosa que pretendió plasmar las ideas abstractas que representan la íntima arquitectura de la doctrina budista.

Ver los templos de Angkor en esta web

Las terrazas cuadradas presentan hacia el exterior numerosas capillas con estatuas de Buda en las paredes exteriores del monumento. Hacia el interior, un pasillo bordea el monumento con sus 2.672 frisos esculpidos en relieve con escenas de la vida de Buda. La peregrinación consiste en recorrer los pasillos, de abajo a arriba, en el sentido de las agujas del reloj, hasta llegar a las terrazas superiores donde cambia la configuración y nos encontramos con tres niveles cubiertos con decenas de pequeñas estupas rodeando a la gran estupa central.

En el interior de cada una de las 72 estupas o garitas de piedra cincelada en forma de celosía, se encierra una estatua de Buda, desnudo y en su clásica postura sentado sobre una gran flor de loto cuyos pétalos han sido cincelados en la misma piedtra. En una de las terrazas puede verse una de las estatuas que han dejado sin cubrir por el caparazón o encaje de piedra de su correspondiente estupa.

Aunque Borobudur es impresionante por ser tan grande, se puede apreciar de cerca el trabajo delicado de las esculturas. Intercalados entre los relieves hay pilastras y recuadros decorados con volutas y motivos vegetales varios, y un centenar de canalones con cabezas de monstruo, a modo de gárgolas que canalizan y drenan el agua de las lluvias tropicales.

En algunos lugares del santuario, encontramos estatuas de gárrulas y de otros animales mitológicos. Su presencia tiene poco significado dentro del conjunto, dando la impresión de que durante la restauración fueron colocadas en esos lugares como atractivo, al desconocerse el lugar exacto donde debían ubicarse.

Se desconoce cuando y porqué fue abandonado el templo. Se cree que fue debido a que la mayoría de la población de la isla se convirtió al Islam, hecho ocurrido en el siglo XV. En años posteriores a su abandono, los seísmos, las cenizas volcánicas y el avance de la jungla ocultaron el templo hasta que fue descubierto en 1.885. En 1.974 se iniciaron los trabajos para despejar el monumento, restaurarlo y abrirlo al visitante. En la actualidad es uno de los lugares más visitados por los turistas locales y los pocos extranjeros que llegan hasta el centro de la isla, quienes encuentran en este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1.982, la belleza arquitectónica de los templos budistas de la antigüedad.

No son muy numerosos los visitantes a este espectacular monumento, pese a ser la mayor atracción de la isla. Los visitantes locales son más numerosos que los foráneos y entre los primeros, destacan grupos de estudiantes, en su mayoría niñas, que vestidas con el uniforme islámico de su escuela abordan tímidamente a los extranjeros para poder practicas algunas palabras en inglés con ellos.
El monumento está inmerso en un gran parque donde no se permite la venta ambulante; sin embargo, siempre hay alguno que se pone especialmente pesado intentando vender su producto en un precio desorbitado y animándose él solo en el regateo mientras te persigue acosadoramente.

Borobudur no es un templo en el concepto occidental, puesto que no tiene espacio interior. Se trata de una colina revestida de piedra cuyas terrazas y escaleras sólo tienen como techo la bóveda celeste. Allí la mano del hombre sólo ha intentado y conseguido revestir de núcleos arquitectónicos un módulo central, la colina que ha proporcionado la propia naturaleza. Tal es la versión simbólica de la cósmica "mansión de los dioses" o monte Meru.

Así, el inmenso templo resulta construido en forma de estratos concéntricos que se van estrechando a medida que se asciende hacia el cónico estupa central y final, que también recuerda una gran flor de loto, flor sagrada de Buda, en este caso una gran flor de piedra que flota, no sobre las aguas de un lago, sino sobre la llanura circundante.

Los arquitectos javaneses partieron de algo que ya existía: la colina. Solo tenían que darle una forma regular, geométrica, con excavaciones para instalar sobre ella sucesivas terrazas concéntricas, con sus pasillos abovedados y las escaleras de comunicación: convertir una montaña en una obra arquitectónica. Lo que más sorprende de Borobudur son las tres últimas terrazas o círculos concéntricos de estupas menores. Después de pasar por el barroquismo recargado del arte hindú de los estratos inferiores, llegar a los últimos estratos, donde predominan los espacios abiertos y carentes de grafísmo (las únicas estatuas solamente son visibles al mirar por la celosía de las estupas), son la misma liberación para el espíritu como si estuviéramos alcanzando el nirvana.

Los cinco templos principales que forman el complejo Arjuna se agrupan en la planicie central de la isla. Están dedicados al culto a Siva pero, como muchos otros de Dieng, se han bautizado con nombres de los héroes de las historias wayang de la épica Mahabharata: Arjuna, Puntadewa, Srikandi, Sembadra y Semar. Caminos elevados unen los templos, ya que la mayor parte de esta tierra está anegada, pero se pueden ver los restos de túneles antiguos con los que en su día se secaron las tierras pantanosas.

Templo de Candi Arjuna en la planicie de Dieng. (Lat -7.204956° Log 109.907222°) La planicie acoge los templos hindúes más antiguos de Java. Originalmente la planicie tenía más de 400 templos construidos entre los siglos VIII y IX de los cuales quedan escasas representaciones, siendo los de Arjuna los que se encuentran en mejores condiciones. Los templos son muy pequeños, con estrecha escalera y una puerta adecuada al tamaño de los habitantes de la isla; es decir, no apta para consumidores de hamburguesas. El interior es también muy pequeño. Originalmente debieron de contener únicamente una estatua y no permitirían la entrada de ninguna persona. Los techos están fabricados según el modelo de falsa cúpula descrito anteriormente.

Templo de Sembadra en el complejo de templos de Arjuna.
Desde Yogyakarta la subida a la planicie de Dieng se realiza por carreteras que se encuentran en muy variadas condiciones. Predominan las típicas carreteras de Indonesia, de dos sentidos de circulación, con el firme en buen estado y una anchura suficiente para permitir el cruce de los vehículos. Sin embargo también se transita por carreteras de 3 metros de anchura, numerosos baches, y bordes irregulares mostrando interminables precipicios. En esta ascensión, se viaja por una nueva categoría de carretera, de menos de 3 metros de anchura, de tierra con algún resto de asfalto y unos baches donde cabe gran parte del vehículo. Cuando en una carretera se presenta un tramo en estas condiciones, un guardia toma nota del vehículo y de los ocupantes antes de entrar y le entrega un testigo que debe de ser devuelto al salir del tramo en otro control. Los tramos suelen ser de muchos kilómetros y la velocidad media en ellos es de 10 a 20 Km/h, por lo que, a pesar de la corta distancia, el viaje hasta la planicie se hace interminable.

Candi Puntadewa.
La planicie está a más de 2.000 metros de altitud y es frecuente que las nubes se queden por debajo presentando la paradoja de estar en la cima oyendo fuertes truenos de lluvias tropicales que se están dando en altitudes más bajas.

Cerca de la llegada, la carretera presenta una brecha causada por los continuos desprendimientos de la alta montaña sobre la que se apoya. Para cruzar la brecha se ha montado un puente de madera que permite el paso de vehículos de uno y uno y a muy poca velocidad. El puente está colgado sobre el precipicio a más de 1.000 metros de altura y puede verse su profundidad a través de los tablones del suelo, colocados con separación entre ellos para permitir el drenaje del agua de las frecuentes lluvias tropicales. Pueden figurarse la impresión que causa atravesarlo; hacer cola esperando el cruce de los vehículos anteriores; ver cruzar camiones cargados más allá de su capacidad, y esperar que tu vehículo tenga la misma buena suerte. Decían que sobre el año 2.007 el puente se había derrumbado después de unas lluvias. Imagina que las condiciones volcánicas y de terreno inestable no aconsejarán la construcción de un puente más sólido que podría ser menos duradero.

Cráter del volcán Kawah Sikidang (Lat -7.218230° Log 109.905160°) Dieng Highland. Un cráter volcánico con fumarolas y lagos de barro burbujeante. Está cercano a un aparcamiento donde se han instalado construcciones de vendedores y un puesto del ejército con soldados que vigilan permanentemente para que los visitantes no corran peligro en las cercanías del volcán. El olor a azufre es muy fuerte y podría causar desvanecimientos. Además, los visitantes pueden acercarse al borde de un cráter de escasos metros de profundidad y cuyas fumarolas impiden ver su fondo

El suelo de los alrededores está formado por una mezcla de restos de lava reciente, ceniza y condensaciones de azufre, lo que permite admirar unas pocas hectáreas de paisaje con la fuerza natural de la tierra, rodeado de bosques de alta montaña y de columnas de humo provenientes de otras bocas volcánicas.

Lago Telaga Warna (Lat -7.214374° Log 109.914852°) con tonos turquesas por los depósitos de azufre burbujeante de sus orillas. La planicie acoge un alto número de cráteres activos y otros que han sido ocupados por las aguas convirtiéndolos en espectaculares lagos de colores indescriptibles. En éste, predomina el agua lechosa seguramente por el exceso de ácido clorhídrico, que se hace presente en el estado corroído de la vegetación que toca su superficie. El continuamente cambiante cielo se refleja en su superficie produciendo infinitos colores que acompañan al movimiento de las nubes. Los bosques circundantes y el extraño silencio, son el complemento para poder pasear por su orilla o sentarse durante horas contemplando un espectáculo que nunca repite la misma escena.

Cerca del aeropuerto de Yogyakarta (Lat -7.751767° Log 110.491453°), los templos de Prambanan son los ejemplos mejor conservados del periodo de desarrollo cultural hindú de Java. Forman el mayor complejo de templos hindúes de la isla, la riqueza de detalles esculturales en el gran templo dedicado a Siva lo convierten en un impresionante ejemplo de arte hindú.

Todos los templos de la zona de Prambanan se construyeron entre los siglos VIII y X. Al parecer, en el siglo XVI un gran terremoto acabó con muchos templos y en los siglos siguientes se aceleró su destrucción debido a los buscadores de tesoros y a la gente del pueblo que buscaba materiales de construcción. Como Borobudur, Prambanan forma parte de de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1.991. Se han restaurado muchos templos, pero un reciente terremoto ha destruido numerosos templos y dejado en mal estado el resto de los mismos.

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Planta del templo

Durante nuestro viaje en 2.009, solamente eran visitables dos de los templos principales de Shiva Mahadeva, y los cientos de templos menores estaban prácticamente destruidos, quedando en pie unos pocos de ellos. Los grandes templos estaban cercados y en obras de restauración, de modo que el recinto templario parecía un enjambre de visitantes, en su inmensa mayoría locales.

El turismo en Indonesia no está muy desarrollado. Para los americanos y los europeos es un país muy lejano que presenta poca infraestructura turística y, por consiguiente, precios muy altos. El turismo principal es local y de Australia, que por la cercanía y su poder adquisitivo representa un país con el atractivo oriental y los precios acordes a la corta distancia que los separa.

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Los templos están agrupados en cuatro conjuntos, el principal es el llamado Shiva Mahadewa o complejo Rara Jonggrang que tiene su templo central dedicado a Shiva. El templo contiene cuatro estancias que contienen estatuas de Shiva, Ganesha, Agastya, Durga Mahisasuramardini como Rara Jonggrang, así como Mahakala y Nandiswara como estatuas guardianas. A izquierda y derecha de su fachada, están los templos de Brahma y de Vishnu respectivamente, y frente a ellos otros tres templos que por no por ser más pequeños carecen de importancia.

Uno de ellos es Candi Nandi, situado frente al templo de Candi Shiva Mahadeva, alberga la escultura más extraordinaria de Prambanan: una figura grande y potente del toro Nandi, el vehículo de Siva.

Al norte del anterior conjunto, están los templos más pequeños y parcialmente restaurados de Candi Lumbung, y más al norte el espectacular complejo de Candi Sewu, de planta parecida a Shiva Mahadeva. Inicialmente, estaba formado por un templo budista central dodeado de cuatro anillos con 240 templos guardianes menores. Fuera del complejo había cuatro santuarios en los puntos cardinales, de los que Candi Bubrah es el que está más al sur.

El templo principal está restaurado, es interesante por los nichos tallados finamente sobre la galería interior, con formas que se parecen a las halladas en Oriente Medio. Estos nichos fueron en su día estatuas de bronce, pero los saqueos hicieron desaparecer muchas de ellas.

Al este de Candi Sewu, está el complejo de templos de Plaosan. Este grupo de templos fue construido por Rakai Pikatan en la misma época que el grupo de Prambanan . Los templos de Plaosan unen símbolos y tallas, tanto hindúes como budistas. Los templos forman el complejo principal Plaosan Lor (Plaosan norte) y el más pequeño Plaosan Kidul (Plaosan sur) a unos 200 m.

Plaosan Lor está formado por dos templos principales idénticos, restaurados, rodeados de 126 santuarios pequeños y estupas sólidas, muchas de las cuales son un revoltijo de piedras.

Dos inmensas dwarapala (estatuas guardianas) están frente al templo principal. Los templos centrales son estructuras de dos plantas y tres habitáculos, con una planta falsa por encima y un techo escalonado de estupas. Dentro de cada habitación hay impresionantes bodhisattvas de piedra, situadas a cada lado de un pedestal de loto vacío y tallas intrincadas de kala (dragones). Sobre los pedestales de loto, en su día estuvieron estatuas de bronce de Buda.

El principal atractivo de Yogyakarta son sus calles siempre repletas de gente y con aspecto abandonado. Para el turismo, una de las mayores atracciones es el Palacio del Sultán (Lat -7.806782° Log 110.363980°). El gran recinto amurallado contiene patios y pabellones de la más variada riqueza arquitectónica. Los pabellones destinados a audiencias, carecían de paredes y hoy día, alguno de ellos, ha sido cerrado por cristaleras para preservar la belleza de su mobiliario y del artesonado.
En la entrada, nos recibe un pabellón circular que contiene la báscula con la que los súbditos pesaban al sultán y pagaban su peso en oro. Curiosamente, el asiento de la báscula es de tal ancha, que podía servir para pesar a personas de más de 200 kilos.

Otros pabellones, estos ya cerrados por paredes, contienen los enseres de los sultanes. Fotografías, armas, vestimentas, vajillas, objetos, todo aquello que sirvió para hacer su vida agradable.

En las cercanías del pabellón circular, unos porches en los pabellones muestran sillas y camas de mano, siempre cerradas, para trasportar a las esposas del sultán.

El complemento del Kraton (palacio) era el hoy en día llamado Castillo de agua. (Lat -7.810037° Log 110.358972°) En su época fue un esplendido parque de recreo con palacios, piscinas y vías fluviales para el sultán y su séquito. El complejo quedó dañado por la primera guerra javanesa de Diponegoro y un terremoto en 1.865 terminó del todo con él. Si bien gran parte está en ruinas hoy en día, las piscinas se han restaurado. Desde una torre que da a éstas, el sultán podía observar a sus mujeres en las piscinas inferiores.

Volcán Penanjakan. (Lat -7.903030° Log 112.952141°) Al este de Java está el Gunung Bromo y el parque nacional de Bromo-Tengger-Semeru. El Gunung Bromo es el Borobudur de la naturaleza. Con un paisaje evocador y clamoroso como ningún otro del sudeste asiático, es la imagen más clásica para una postal de Indonesia. En comparación con otros picos importantes de Java, el Gunung Bromo, con sus 2.393 m., es pequeño, pero su belleza reside en el escenario y no en el tamaño. Se eleva desde las entrañas de la antigua caldera del Tengger y es uno de los tres volcanes que emergieron de un amplio cráter que medía 10 Km. Flanqueado de altos picos, el cono humeante del Bromo yace en un mar de arena volcánica lívida. El cercano Gunung Semeru (3.676 m.) deja ver su presencia al fondo de la imagen.

Las carreteras para llegar a la zona volcánica son estrechas y empinadas, exigiendo viajar en vehículos 4x4, generalmente viejos jeep que pueden alquilarse con conductor en los pueblos y hoteles de la zona. Es típico madrugar para ver amanecer desde una zona de antenas al borde del cráter de la antigua caldera, que domina una vista excelente de los volcanes y de la zona del parque. Pero atención: evitar hacerlo los fines de semana. La peregrinación de gente que sube a ver amanecer hace que incluso yendo con vehículo sea imposible acercarse hasta las cercanías de la cima, con lo cual hay que alquilar una motocicleta con conductor para los últimos metros. Además, la gran afluencia de público impide ver nada. Pese a la incomodidad del exceso de gente, teniendo en cuenta que casi todos están pendientes de la salida del sol, mirando hacia los volcanes se puede encontrar hueco y gozar de la verdadera excelencia del espectáculo, que consiste en ver como avanza el día por las laderas de los volcanes.

(Lat -7.933501° Log 112.954138°) Se puede bajar a la gran caldera por una estrecha carretera que se encuentra en muy mal estado, de modo que incluso los jeep tienen problemas y acaban teniendo que ser sacados de algún bache. Una vez en el interior, una gran llanura de arena volcánica hace las delicias de los conductores. En la zona de aparcamiento, justo en la falda de la ladera del Bromo, hay un templo hindú.

Desde el aparcamiento, puede tomarse alquilado un caballo, de proporciones un poco más grande que las de un pony, que nos llevará hasta la escalera que sube al Bromo. Normalmente hay mucha gente subiendo los 253 escalones, que con la altura y el olor a azufre se hacen eternos, hasta alcanzar el borde del humeante cráter. Allí el espacio del mirador es tan escaso como la visibilidad del interior; pero hacia el exterior, el murallón del viejo cráter que nos rodea y la fumarola a nuestras espaldas, nos causan la impresión de encontrarnos en el centro de un volcán en erupción.

El salak es una de las frutas más comunes de indonesia y fácilmente identificable por su aspecto de piel de serpiente. No nos dejemos engañar, pese a tener un aspecto repulsivo a primera vista, cuando te acostumbras a su sabor se convierte en un manjar adictivo, para tomar y no parar. Debe de pelarse para quitar la costra en forma de piel de serpiente y dejar al descubierto una fruta blanca fraccionada en una especie de gajos. Su sabor es indescriptible: en primera impresión repele su mezcla un poco agria, con regusto a jengibre y paladar ligeramente dulce pero indescriptible. La textura es contundente sin llegar a dura y eso forma parte de su atractivo.

Si no está bien maduro no es muy agradable, pero la fruta madura nunca llega a cansar. Y además tiene la ventaja de que se conserva muy bien durante días.

Sulawesi, antiguamente llamada Islas Célebes, es una sola isla de extraña forma de pulpo con 5 brazos que llegó a pensarse que era ella misma un archipiélago. Allí conviven varias nacionalidades con creencias, culturas y arquitecturas diferentes. Las más conocidas son: los Makassar, al sur de la isla: los Bugis, al norte de los anteriores; los Toraja (Toroja para nosotros) en el corazón de la isla; y los Mandar al oeste. Todos tienen sus particularidades de gran interés, pero la cultura que destaca es la Toroja, objetivo de nuestro viaje a la isla.

Sulawesi es la isla donde la religión predominante es la cristiana, restos de la misión de conversión de los religiosos holandeses durante su colonización de la isla. Al igual que en otros lugares donde es cristianismo fue impuesto, los conversos crearon una religión mezcla con el sincretismo, el animismo o las antiguas religiones locales. En Sulawesi, el cristianismo tiene un carácter cultural que lo hace único y que predomina sobre la vida de las personas, al igual que la religión del antiguo Egipto (supuestamente) dominaba las actividades de sus fieles.

Tana Toroja, frontera. (Lat -3.073440° Log 119.871700°) La llegada al territorio de los Toroja está marcada por la parada en su frontera para registrar a los nuevos visitantes. No se trata de una actividad de protección al forastero, sino de un impuesto que debe pagar el vehículo y sus ocupantes cada vez que traspasa el límite de una provincia en alguna isla.

La raya, está señalada por un puente que soporta una reproducción de las tradicionales viviendas rurales en forma de barco. Cuentan que los antiguos Toroja vivían en la orilla del mar, al este de su actual emplazamiento, a escasamente 30 Km, donde ejercían labores marineras. Para protegerse de las invasiones por el mar, tomaron sus barcos y se adentraron en la isla hasta un lugar donde la madera de sus barcos sirvió para fabricar rápidas cabañas. Desde entonces, y para recordar sus orígenes, siguen construyendo las casas en forma de barco, con la proa sobre la puerta y todas ellas perfectamente alineadas al norte. En mi opinión eso es solo una leyenda. Las casas orientales disponen de tejados curvados y acabados en pico (generalmente con un adorno a modo de animal mitológico) con el fin de evitar los malos espíritus. Incluso en occidente existen tradiciones similares; solo hace falta recordar las chimeneas en forma de falo de las casas del pirineo aragonés, o los adornos sobre las chimeneas para evitar que entren por ellas las brujas. En Tana Toroja, sus habitantes exageraron la curvatura del tejado, siguiendo las construcciones de la isla, y de la isla de Java, provocando unos tejadillos que les servían para poder permanecer en el exterior de la casa protegiéndose de la copiosa lluvia diaria.

(Lat -2.996537° Log 119.910218°) La forma y orientación de sus casas siguen los dictados del Feng Shui, tradicional ciencia oriental que, entre otras cosas, trata sobre cómo debe de construirse y decorarse una casa para ser cómoda y sana. Las viviendas están construidas a modo de palafitos, aisladas del suelo para soportar la humedad y las inundaciones. La planta baja no se habita, como mucho, recientemente se está empleando como trastero para los aperos de trabajo; antaño, se encontraba diáfana y la mayor cantidad de columnas de madera denotaba la riqueza de su propietario.

Frente a la vivienda, y con la misma orientación que ella, se construye el granero a semejanza de la casa pero de menor tamaño y con dibujos más elaborados. Llama la atención la desproporción entre el tamaño del granero y la altura de los pilares que lo aíslan de la tierra; en esta ocasión tiene un doble sentido, proteger el grano de la humedad del suelo y dificultar el acceso al alimento para las alimañas. Esta organización hace que algunas aldeas estén alineadas entorno a una calle central que, a su vez, sirve de plaza y centro de reunión.

Kete Kesu ha dejado de ser una aldea Toroja para convertirse en un atractivo turístico. Por la proximidad a Rantepao, capital del país, es el blanco de todos los visitantes que se interesan por esta cultura. El pueblo antiguo está limpio y bien conservado, pero la gente no vive allí, a un par de cientos de metros se ha construido otro pueblo más moderno donde habita la población que vive del turismo que acude a admirar el pueblo viejo.

Al contrario de otras islas de Indonesia Sulawesi no está superpoblada predominando las zonas deshabitadas y las montañosas. La isla es extensa y de carreteras difíciles por lo que los desplazamientos son largos. Hay pocos aeropuertos comerciales, así los desplazamientos predominantes se realizan por carretera. Esta característica dificulta poder visitar muchos sitios en poco tiempo, lo que hace que en Tana Toroja, haciendo base en Rantepao, pueda visitarse diariamente varios sitios de interés sin apenas desplazamiento.

Es difícil prosperar en un país donde la base de la economía está en la subsistencia diaria, la cosecha y almacenamiento de los alimentos de los campos familiares y el escaso comercio para cambiar lo sobrante por otros alimentos y vestimenta. Debido a las abruptas montañas, los campos de labor son escasos y pasan en herencia de padres a hijos, de forma que el aumento de población solamente permite heredar campos suficientes para sobrevivir a los primogénitos. El resto de hermanos tienen que emigrar a otras islas o a otros países más avanzados, como Singapur y Malasia. Aun así, el turismo está permitiendo que algunos nativos puedan desarrollar una actividad lucrativa mostrando una peculiar forma de vida.

En Kete Kesu, (Lat -2.997563° Log 119.910898°) aparte de su armonioso pueblo tradicional, debe de visitarse el cementerio que se encuentra bajando hacia el fondo del valle, donde comienza el farallón de piedra de la montaña.

Este cementerio tiene un elemento nuevo con respecto a la tradición de los enterramientos que describiremos más adelante. Existen unas tumbas construidas a semejanza de las viviendas, con la única diferencia de la puerta, que en este caso se asemeja a un inmenso tapón redondo (ver al fondo de la fotografía). Estas construcciones son tumbas familiares donde se guardan los fardos de generaciones de una misma familia. También se realizan enterramientos en laboriosos y adornados ataúdes de madera, que se dejan colgados del farallón mientras aguantan, para acabar cayendo sobre la escalera y mostrando osamentas dispersas de diferentes siglos de datación.

Ascender por la escalera es contemplar nuestro futuro: restos de ataúdes; huesos de todo tipo; calaveras ordenadas; a veces montones de huesos clasificados por su tamaño, todo ello en perfecto orden y respeto en unión de ofrendas variadas: bebidas, cigarrillos, caramelos, que se mantienen sin que nadie haya osado profanar.

La visita a Sangalla (Lat -3.081990° Log 119.916150°) nos permitió ver una vivienda y contemplar el detalle de sus bellos adornos. Como puede contemplarse en esta secuencia de fotografías, el exterior está ricamente decorado con pinturas que hacen pensar en ritos mágicos, animales mitológicos y restos de una religión que hoy en día no nos supieron explicar. Sin embargo, el interior es muy sobrio.

Todas la belleza se muestra en el exterior para que los caminantes tengan oportunidad de conocer el rango social del propietario. El interior tiene la madera desnuda e incluso sin trabajar. Al igual que el resto de construcciones de la isla, la puerta da acceso a una gran sala que sirve para todo, a la cual se abre uno o dos dormitorios comunes para todos los miembros de la familia. No existe mobiliario y las camas apenas son una estera en el suelo y en el mejor de los casos una manta sobre una tarima.

Quiero hacer notar un detalle que es común con las casas de madera de una tan lejana zona como es Rusia. El inconsciente colectivo, que es el verdadero conocimiento de la humanidad, dota de las mismas creencias y sentimientos a las poblaciones humanas más distantes y sin relación entre ellas. Al iniciar el comentario de esta isla hacíamos mención del interés de todas las culturas humanas de preservar la vivienda de los malos espíritus, brujas y entes que perturben la paz del hogar. En el caso mencionado de las viviendas de madera del norte de Rusia, los remates de madera tallada de su tejado tienen el mismo significado de portador de buena ventura que los dibujos en forma de gallo que adornan la cúspide de los frontales principales de las casas Toroja.

El animismo está presente en la vida y acciones de los cristianos Toroja. Han sabido adaptar el culto al antepasado de las religiones cercanas al hinduismo en los escasos recovecos que permitía el cristianismo, de modo que para ellos, el alma del difunto puede estar descansando en el cielo y permanecer errante en las cercanías de su domicilio.

Como detalle, contar la historia que nos relató nuestro guía.
Unos anos después de haber muerto su abuelo, tanto el guía como sus hermanos estaban casados y dispersados por otras islas y países cercanos como es norma en esa comunidad. Solamente permanecían en la isla el guía, que había dejado en manos de su hermano su herencia de campos de arroz para irse a vivir a MaKassar, una hermana que permanecía en Tana Toroja al cuidado de los padres, aunque estaba casada con varios hijos, y el hermano mencionado que además de administrar los campos de su herencia, estaba encargado de trabajar los de sus hermanos.

Este hermano que permanecía viviendo junto a su casa natal, una noche tuvo un extraño sueño con palabras sonámbulas que su mujer no supo interpretar. A la mañana siguiente el hermano estaba enfermo, con fiebre y delirando, mientras su mujer comentaba que había estado oyendo como una voz gutural partía de la garganta de su esposo diciendo que era el espíritu de su abuelo, que estaba reencarnado en un cocodrilo del río y que quería que le llevaran una docena de huevos de gallina. Llevaron los huevos al río, el hermano recobró la salud y el supuesto cocodrilo se comió los huevos.

Tau Tau espantapajaros

Tumbas de niños en los árboles (Lat -3.081990° Log 119.916150°)

Londa (Lat -3.003722° Log 119.885196°)

Campos de arroz

Hotel Toraja Heritage. (Lat -2.979847° Log 119.899472°) Dejamos esta singular isla con la sensación de haber pasado unos días visitando camposantos. Tana Toroja es mucho más que el atractivo de sus costumbres que tanto nos llaman la atención; es también gente alegre, comunicadora y amable con el visitante. Este país no es solamente lo aquí contado y fotografiado; en la medida de la evolución del país, es una región inmersa en la globalización que unifica las formas de todo el planeta, aunque aquí se nota más las tradiciones que la invasión de la cultura occidental.

Durante nuestra estancia en el país estuvimos en un hotel donde cada habitación estaba construida en madera como una típica vivienda Toroja. La exuberante vegetación de los jardines, alimentados por las lluvias diarias, el orden en las construcciones y los objetos, junto con la ausencia de sonidos de la civilización, han quedado en nuestra memoria como uno de los recuerdos más vívidos de todos nuestros viajes.

Bali podía ser una isla maravillosa si no tuviera turismo. En la isla predomina la religión hindú que impregna todos los rincones, la forma de vida e incluso el paisaje. Es una pequeña India de gente impecablemente vestida. La religión lo domina todo. Las singulares casas balinesas tienen un templo familiar, las ciudades disponen de al menos tres templos comunales, entre campos aparecen templos en los que se celebran ceremonias y, en cualquier lugar, encontramos altares de ofrendas a las más variadas representaciones déicas, animistas y fuerzas de la naturaleza.

La arquitectura, e incluso el estado de conservación, es similar en los templos antiguos, en los modernos y en los modestos templos familiares, de modo que hace muy difícil su datación, a no ser que nos documentemos con una buena guía.

Este paraíso de tradiciones y de espectaculares paisajes, se trunca frente a las riadas de turistas de todo el mundo que llenan hoteles, carreteras, restaurantes y lugares de ocio. Predominan los recién casados con poco nivel cultural y menos dinero, pero también los matrimonios canosos y adinerados dispuestos a rememorar antiguas hazañas a golpe de talonario.

Pura Batubulan (Pura significa templo) (Lat -8.606094° Log 115.255692°) Es uno de los templos que pasan desapercibidos para los turistas, a pesar de que todos los que llegan a la isla acaban en el teatro balinés que se encuentra junto a su entrada por imperativo de la agencia mayorista de viajes.

Altar. En cualquier sitio puede encontrarse un altar, generalmente similar al de la fotografía, aunque no es necesario que sea de piedra; por ejemplo, el salpicadero del vehículo se convierte en un altar para pedir un plácido viaje; en los lugares de trabajo, al igual que en los campos de labranza, se puede pedir por un día de labor productiva; en las casas para que nuestros antepasados no se olviden de nosotros, y en los cruces de carretera de algunas zonas, para que los espíritus viajeros no se pierdan por el camino.

A pesar de que los salarios son tan escasos como en el resto de las islas, si nos olvidamos de los ingresos extras por el turismo, generalmente los balineses destinan una parte de sus gastos diarios a la compra de ofrendas. La manufactura de ofrendas es un negocio floreciente; su variedad lleva desde la simple caña de bambú abierta formando artísticas figuras geométricas a grandes cestas con variados y bien colocados frutos. Al contrario de lo que sucede con las ofrendas a los antepasados en la isla de Sulawesi, que nadie osará tocan nunca, en Bali las ofrendas pueden ser renovadas para dejar sitio en el altar a otras nuevas. Si bien las ofrendas de frutos son entregadas a familias necesitadas una vez se ha comprobado que los espíritus han quedado satisfechos.

Casa particular. (Lat -8.586190° Log 115.267160°) Las casas balinesas son el producto del benigno clima que mantiene todo el año en un eterno verano. Consisten en un patio cerrado por un muro (a veces con una valla de escasa altura) donde se han construido diversos pabellones que constituyen las habitaciones para los habitantes. Pabellones abiertos como cocinas, comedores y dormitorios para la siesta. Pabellones con una sola pared abierta como dormitorios de noche. Jardines, cochiqueras y curiosas jaulas individuales para gallos completan el conjunto, sin olvidarnos de dos recintos imprescindibles en cada casa: un espacio para los altares familiares cuyo tamaño está directamente relacionado con la riqueza de la familia y un pabellón con dos paredes abiertas y una cama donde se velan los difuntos antes de ser incinerados.

Julia atiende las explicaciones de nuestro guía, vestido a la manera tradicional de la isla, en el recinto de un templo familiar dentro de una vivienda. Al fondo cuatro altares con sus ofrendas diarias. En este caso, los altares más grandes están dedicados a dioses hindúes, mientras que los dos más pequeños están dedicados a espíritus familiares. Al fondo, parte del jardín familiar.

Templo manantial sagrado Sebatu. (Lat -8.418822° Log 115.295107°) Este es un ejemplo de gran templo venerado por los balineses. Al igual que en los lugares tocados por Dios en otras religiones, las aguas de su manantial tienen propiedades milagrosas que sanan enfermedades. Dispone de varios estanques dedicados a los dioses y de una fuente de múltiples caños donde los peregrinos pueden lavar sus cuerpos lastimados.

En Indonesia, y en Bali especialmente, es muy frecuente encontrar casos extremos de diabetes. La prácticamente entera alimentación a base de arroz, provoca un exceso de azúcar en el metabolismo con la presencia de numerosos casos de diabetes. Si le unimos que no existe sanidad pública, que los médicos son escasos y que las consultas están fuera del alcance de la casi totalidad de la población, llegamos a que cuando el enfermo llega al médico es un caso perdido y debe de practicarse amputaciones de miembros para atajar la nefrosis que avanza. Pero no pensemos que una operación de amputación es asequible, normalmente endeuda por vida a la familia del desdichado que sufre la enfermedad, y muchas veces no sirve para detener el avance del mal, puesto que la dieta sigue siendo inefablemente la misma.

El milagroso templo del manantial sagrado es objeto de las ofrendas más suculentas de los templos de alrededor. No quiero pecar de falta de fe, pero supongo que las ofrendas las hacen antes de ser curados por las aguas milagrosas, a juzgar por la riqueza y exquisita preparación de las ofrendas.

A ambos lados del santuario, varios pabellones exhiben las ofrendas de frutos elegantemente ataviados y con gran elegancia en su composición y colorido.

Nuestra visita coincidió con el aniversario de la fundación del templo, por lo cual había una ceremonia oficial secundada por escasa participación de público en la plataforma del altar que se encontraba pleno de ofrendas y con sus mejores galas.

Nosotros, visitantes extranjeros ocasionales, para entrar en el templo tuvimos que ponernos un pareo al modo tradicional de la isla. Somos viajeros, y no turistas, por lo que respetamos las tradiciones y siempre las hemos admitido allá donde fuéramos. Como contrapartida, nos gustaría que también los visitantes y emigrantes que vienen a España, respeten nuestras tradiciones y nuestra amplia tolerancia de tradiciones foráneas.

Templo en Nusa Dua. (Lat -8.797692° Log 115.236848°) Muchos de los templos consisten en un recinto escasamente cerrado y uno o varios altares rodeados de símbolos y estatuas. Tanto los altares como las estatuas están cubiertos con el tradicional pareo balinés, de modo que adornan y engalanan la isla para hacerla parecer sumergida en una continua fiesta.

Volcán y lago Batur. (Lat -8.271810° Log 115.346430°) Existen tres volcanes activos en la isla: Bratan, Batur y Agung; de ellos Batur es el más más visitado por la excelente panorámica que se obtiene de él desde la zona de Kintamani. Aquí la carretera pasa por el borde del antiguo cráter y a ambos lados se suceden durante kilómetros los restaurantes al servicio de los numerosos vehículos cargados de turistas que suben diariamente desde las playas del sur de la isla. Los restaurantes más atractivos son los que se encuentran literalmente colgados sobre el cráter, que permiten disfrutar del paisaje durante la comida. Lo que no permiten estos restaurantes es disfrutar de una comida elaborada para satisfacer al paladar antes que a las masas hambrientas.

El cráter está parcialmente ocupado por un gran lago e incluso por un extenso poblado. En su centro se encuentra el cono del nuevo volcán que se encuentra activo y deja ver, en su ladera, el regero de lava resultado de la última erupción en el año 2.000.

Playa de Nusa Dua con la marea baja. (Lat -8.797851° Log 115.233740°) Las zonas invadidas por hoteles convertidos en auténticos guetos para turistas se encuentran en el sur de la isla. Los atentados fundamentalistas, desde el año 2.002, han incrementado las medidas de seguridad hasta el extremo de agrupar los hoteles en resorts que comparten vallado, medios de seguridad y vigilancia privada. Aun así, a nivel estatal, las zonas de hotel tienen una segunda zona de seguridad custodiada por la policía. En conjunto la sensación es de estar encerrado pero seguro. La seguridad se rompe por el lado agua donde el hecho de ser las playas públicas, permite el paso constante de vendedores ambulantes por la orilla del agua, e incluso una incursión marítima de posibles terroristas. Esta última, solo podría efectuarse con marea alta.

Cuando baja la marea el mar se convierte en una sucesión de charcas, y para llegar hasta el agua es necesario iniciar una excursión hasta la lejana rompiente donde la corriente hace que sea peligroso sumergirse, siempre que se haya podido superar la altura y potencia de las olas rompiendo en los arrecifes de coral.

No hay que preocuparse, en las playas de Bali no hay socorristas pero tampoco son necesarios. Los hoteles están abarrotados de gente, la isla hierve con los extranjeros que se desplazan continuamente de un lugar a otro, pero las playas privadas y las piscinas de los hoteles están vacías, por lo que difícilmente alguien podrá tener la tentación de llegar hasta la lejana rompiente. Parece como si todos los huéspedes se hubieran puesto de acuerdo para hacer lo mismo, gozar de su recién estrenado matrimonio o peregrinar en las vulgares excursiones que organizan los tour operadores.

(Lat -8.799034° Log 115.232613°) Claro que hay una alternativa a las masificadas excursiones: pasear por los extensos, bellos y bien cuidados jardines de los hoteles, donde encontraremos los mejores rincones en los cuales se han fotografiado los famosos "de medio pelo" que vendieron, a una revista del corazón, la falsa exclusiva de su boda exótica en Bali a cambio del viaje y una corta estancia sin salir del hotel.

No quiero acabar mis comentarios al viaje, sin mencionar un rincón sorprendente que encontramos en el jardín del hotel. Paseando hasta llegar a la playa, encontramos un pequeño pabellón, entelado con baldaquino y vistas al mar, donde había un cartel que decía textualmente «Romantic dinner». El pabellón parecía un pequeño templo con un altar, convertido en mesa, y macizos de flores a su alrededor. La pareja de perfectos enamorados, con una edad que superaba los 60 años, vestidos solemnemente para la ocasión, estaban sentados detrás del "altar" mirando hacia el mar (no mirándose entre ellos), pareciendo un reclamo publicitario que decía: «fotografíame», y la verdad es que fue imposible contener la tentación de no inmortalizar una escena tan ridícula que, además, les había costado unos cientos de dolares.